Se denomina fiscalización al proceso mediante el cual se ejercen controles con la finalidad de evitar comportamientos que se aparten de derecho. Los mismos pueden ser ejercidos por el estado o por entidades autónomas que quieren evitar algún tipo de comportamiento irregular. En un caso concreto que se relaciona con la violación de la ley existe la figura del fiscal, persona encargada de encontrarlas pruebas para demostrar la comisión de un ilícito. La fiscalización es una tarea imprescindible en cualquier país que mantiene normas que hacen al buen funcionamiento de la sociedad; no obstante, en algunos casos específicos, en donde existen gobiernos autoritarios o directamente totalitarios, este tipo de práctica se lleva a cabo principalmente como una forma de eliminar voces disidentes e intentar controlar a la población.
Un problema típico que se intenta evitar con la fiscalización es el de la evasión impositiva. En estos casos se buscará observar los ingresos de una persona real o jurídica como asimismo los bienes que tienen a su nombre. En el caso de que exista una separación evidente, se procederá a intimar a la entidad a explicar el origen de los fondos y en el caso de que se vea imposibilitada de hacer esto se procederá a demandarla. Este tipo de proceder es característico de los entes de recaudación.
Otro lugar en donde la fiscalización tiene un rol importante y es comprendida por todos es en condiciones de sufragio. En efecto, al momento de elegir autoridades de gobierno suelen existir personas que llevan un control de que el procedimiento se lleve a cabo conforme a derecho, tratando de evitar situaciones de fraude. Estas personas pueden ser provistas por los mismos partidos políticos que disputan una elección. En general suele formárselas en la legislación vigente y en las posibles formas en que se pueden llevar a cabo acciones fraudulentas. Este tipo de actividad es de enorme importancia en una democracia.
La fiscalización también debe llevarse a cabo al interior del mismo estado, para tener control de posibles casos de corrupción o enriquecimiento ilícito. En este sentido algunos países han optado por tener oficinas que se encargan de hacer un seguimiento de las actividades financieras de los funcionarios públicos, para tomar nota de posibles actos impropios de la función que ejercen. Lamentablemente existen casos en donde la misma corrupción alcanza incluso a estos mismos organismos, pero no dejan de ser un dique de contención contra actividades que contradicen las leyes.