Si bien ha existido desde siempre, recién es hace muy pocos años que se lo reconoce como tal. El trabajo doméstico es una de las actividades más primordiales del ser humano porque implica el cuidado del hogar y del espacio donde se vive, además de ser el espacio donde crecen los más pequeños. Este tipo de trabajo es muchas veces invisibilizado ya que, al aparentar ser evidente, termina convirtiéndose en algo que pierde preeminencia frente a otras formas de trabajo más específicas.
¿Con qué elementos podemos describir al trabajo del ámbito doméstico?
El trabajo doméstico es muy fácil de identificar e incluso de diferenciar de cualquier otra forma de trabajo. Es la tarea que se desempeña siempre en el ámbito doméstico, de la casa familiar, del hogar. Esto puede incluir diferentes tipos de tareas que muchas veces se aprenden por herencia o por observación y que, aunque no son demasiado complejas, requieren muchas veces paciencia, esfuerzo físico y tenacidad.
Entre las tareas que se realizan en el ámbito del hogar podemos encontrar todas aquellas que tienen que ver con la limpieza y el orden, la compra de alimentos, la preparación de comida, la preparación de todos aquellos elementos que los diferentes integrantes de la familia necesitarán como ropa, comida, incluso entretenimiento. También supone tener que lidiar con tareas de cuidado de los niños y de su atención permanente. A diferencia de cualquier otro trabajo, el doméstico no recibe una paga salvo que se realice en la casa de otra persona.
¿Es el trabajo doméstico exclusivo de mujeres?
Cuando las sociedades humanas comenzaron a complejizarse, allá en los últimos tiempos de la Prehistoria, la organización hizo que fueran los hombres quienes usualmente se encargaran de la caza de animales y de procurar el alimento y la protección mientras las mujeres se mantenían resguardadas en el hogar, cuidándolo y a los niños. Esta diferenciación se mantuvo así por miles de años y permanece en la actualidad en muchos países y lugares del mundo.
Sin embargo, la creencia que establece que el trabajo doméstico es responsabilidad de las mujeres es simplemente una creación cultural. En muchos países las mujeres también salen a trabajar fuera de casa y por lo tanto las tareas del hogar deben quedar en manos de otra persona. Creer que la mujer sólo puede estar y debe estar relegada al espacio doméstico es no entender que las sociedades van modernizándose y reconociendo sus derechos a quienes por miles de años no los tuvieron.
El trabajo del hogar y el Estado
Otro tema muy importante para mencionar cuando hacemos referencia al trabajo doméstico es aquel que tiene que ver con el reconocimiento que el Estado hace de él. No es hasta hace muy pocos años que este tipo de trabajo no recibía ningún tipo de oficialización y en algunos países del mundo por fin se pudo reglamentar obligando a quienes emplean a personas en sus domicilios para realizar tareas domésticas a pagar las cargas sociales correspondientes de modo de que el mismo ya no sea más trabajo en negro. Así, quienes a él se dedican, pueden jubilarse, tener seguro ante accidentes y vacaciones.