Se denomina territorio a una extensión de terreno específica que suele estar delimitada. Así, es posible hacer referencia al territorio de una persona, o de una organización, o la de un país, siendo esta última variante la más utilizada en nuestros días. La existencia de un territorio implica posesión por parte de alguien, posesión que está reglada jurídicamente. En el caso de que el mismo se viole, la situación puede derivar en una contienda bélica. A lo largo de la historia el territorio de los países ha ido cambiando, definiéndose bajo nuevos parámetros y condiciones; en la actualidad la mayoría está delineado, pero todavía existen disputas limítrofes.
En los comienzos de la humanidad, el terreno carecía de propietario, era considerado de todos y de nadie. No obstante, con el desarrollo de la agricultura comenzó un proceso de demarcación del mismo. En efecto, la tierra se convierte en un elemento productivo y de gran relevancia social, circunstancia que generó que la delimitación de fronteras se transforme en una realidad. Las ciudades albergaban a los pobladores alimentados por una serie de terrenos que tenían propietario, generalmente reyes o nobles. Con el paso del tiempo, este tipo de circunstancia llevó a disputas y a la dominación de unos pueblos sobre otros. Así, por ejemplo, era posible que uno de estos pueblos atacara y tuviera control de otro con la finalidad de obtener un tributo, tributo que se fundamentaba en la nueva posesión de tierras que se derivaban de la campaña militar.
Este tipo de delimitación territorial existió durante bastante tiempo, profundizándose. Durante el feudalismo, los territorios eran propiedad de un señor feudal que se las entregaba a los campesinos para que la trabajasen a cambio de un porcentaje de la producción y de armarse en defensa de las mismas en caso de una guerra. Vemos así como la sociedad se fundaba en buena medida en torno a la tierra y sus posibilidades políticas y económicas.
En la actualidad, son las naciones jurídicamente organizadas las que tienen posesión de un territorio. Esta circunstancia se extiende no solo al terreno sobre el nivel del mar, sino también al submarino hasta un determinado nivel, como asimismo al espacio aéreo. En el caso de ser violado, las mismas se guardan el derecho de tomar medidas de fuerza. En general el espacio terrestre se divide entre ellas, con la salvedad de algunas excepciones. En efecto, existen casos de reclamaciones sobre un mismo espacio que todavía necesitan ser resueltas.