Definición
La Revolución Rusa fue un movimiento social y político que, en 1917, logró la instalación del partido bolchevique en el gobierno y anuló al régimen zarista que había reinado en el país desde 1547. Una vez en el poder, los bolcheviques realizaron una gran cantidad de transformaciones sociales, políticas, económicas y culturales a fin de favorecer el desarrollo comunista en la región. De esta forma, al instaurar al comunismo como una alternativa al modo de producción capitalista, la Revolución Rusa constituyó un punto de inflexión en la historia mundial.
Contexto histórico
Durante el siglo XIX, el imperio ruso se caracterizó por poseer una economía autocrática, rural y atrasada en términos industriales. Respecto de los aspectos políticos, el gobierno era de tipo monárquico absolutista y, por tal motivo, el zar se ubicaba en la cúspide del poder el cual era ilimitado. En cuanto a la población, la misma estaba dividida en tres clases o estamentos. En primer lugar, la nobleza, que era la que ostentaba el poder político; en segundo lugar, una burguesía incipiente que poseía cierto poder económico; y, en tercer lugar, el campesinado, que representaba a la mayoría de la población la cual vivía en condiciones precarias debido a que se encontraba sometida a la servidumbre.
Desde 1988, el país pasó a ser gobernado por el zar Nicolás II. Su gobierno fue débil ya que no supo hacer frente a las demandas de cambio y modernización que la sociedad rusa reclamaba. Asimismo, la Primera Guerra Mundial, en la que Rusia participó en el bando de los Aliados, agravó la situación interna del país. La escasez de alimentos y combustibles y el elevado número de bajas en el frente minaron la moral de la población y aumentaron el descontento social. En este contexto, surgieron diversos movimientos políticos que tenían por objetivo transformar la realidad del país. Uno de ellos fue el partido bolchevique, liderado por Vladimir Lenin, el cual defendía la lucha armada y la instauración de un sistema socialista de gobierno.
Desarrollo
La Revolución Rusa fue el resultado de las protestas populares motivadas por la escasez de alimentos y el descontento con el gobierno zarista. El proceso normalmente se divide en dos fases principales. La primera, conocida como la Revolución de Febrero, se inició el 23 de febrero de 1917 (según el calendario juliano utilizado en Rusia en ese momento) y terminó con la abdicación del zar Nicolás II el 2 de marzo de ese mismo año. Así, la caída del zarismo dio paso a un gobierno provisional, liderado por Aleksandr Kérenski, que buscó establecer un régimen democrático en Rusia.
Sin embargo, las condiciones políticas y sociales en el país continuaron siendo limitadas ya que la economía estaba en crisis, la guerra mundial seguía en curso y el gobierno provisional no lograba satisfacer las demandas de la población. En este contexto, el partido bolchevique, liderado por Lenin, llevó a cabo un levantamiento armado y tomó el Palacio de Invierno. Así, la segunda fase de la Revolución Rusa, conocida como la Revolución de Octubre (que tuvo lugar el 25 de octubre de 1917) culminó con la toma del poder por parte de los bolcheviques.
Consecuencias
El impacto de la Revolución Rusa generó una gran cantidad de consecuencias en el país. En primer lugar, se dio lugar a la instauración de un régimen comunista, liderado por el partido bolchevique. El nuevo régimen estableció la propiedad estatal de los medios de producción y la planificación centralizada de la economía, generando cambios radicales en la economía y la sociedad. En este sentido, podemos señalar que se dio lugar a una importante transformación social ya que la nobleza y la burguesía perdieron su poder y sus privilegios, mientras que el campesinado y la clase obrera se convirtieron en las nuevas clases dominantes.
En la misma línea, uno de los cambios más significativos que tuvo lugar tras la Revolución Rusa fue la nacionalización de la tierra, ya que el gobierno comunista confiscó las tierras de los propietarios y las redistribuyó en granjas de trabajo colectivo. Sumado a ello, el régimen comunista implementó una reforma educativa para erradicar el analfabetismo y formar ciudadanos comprometidos con el proyecto socialista.
En cuanto a los aspectos militares, la Revolución Rusa tuvo dos consecuencias fundamentales. Por un lado, la retirada de Rusia de la Primera Guerra Mundial, lo cual permitió que Alemania se concentrara en el frente occidental, acelerando así el fin del enfrentamiento. Por otro lado, el desarrollo de una guerra civil en Rusia, entre los años 1918 y 1922, la cual tuvo un impacto devastador en el país.