Una república federal es una organización política que se caracteriza por tener al estado dividido en un poder ejecutivo, judicial y legislativo, división que se expresa en una administración central y en una pluralidad de administraciones locales. De esta manera, una república federal se divide en distintas regiones que tienen cierta autonomía, cierto margen de acción política independiente. Las repúblicas federales son un tipo de organización muy frecuente en los países del mundo, organización que valora la descentralización y por supuesto evita el aglutinamiento de los poderes del estado. Por lo general, los países que optan por esta forma de organización son regímenes democráticos.
El concepto de república tiene bastante tiempo entre nosotros. El mismo se desarrolló en buena medida para evitar los excesos provenientes de algunos funcionarios públicos. Es por esto que la división de poderes garantiza que cada uno de los mismos pueda controlar a los otros. Así, a un sector determinado del estado le corresponde generar las leyes que se aplicarán en un determinado territorio, a otro le corresponde ejercer el gobierno y finalmente a un tercero corresponde la aplicación de la legislación. Esta forma de estructurar a la organización del estado tiene un abundante desarrollo teórico en importantes pensadores políticos, que vieron en la misma una salida a distintas problemáticas relacionadas al ejercicio del poder.
En una república federal, esta organización de estado se efectúa a nivel general, como asimismo a nivel particular, sobre cada estado independiente o provincia. Esto significa que existe una administración caracterizada por esta división en distintos territorios, para luego establecer una administración de todos los territorios que cumple con el mismo criterio a nivel global. Esta circunstancia sirve ante todo para dotar de independencia cada región, aspecto que contribuye enormemente al hecho de llegar a las necesidades de todas las regiones de una forma más eficiente. En efecto, en algunos casos sería harto difícil cumplir con el rol del estado si solo existiese una sola administración que debiese hacer frente a realidades y problemáticas muy distintas, cada una de las mismas alejadas territorialmente de las otras.
En una república federal, la administración central coordinará a las necesidades y problemáticas que afectan a las autonomías de forma general. Por supuesto, las mismas estarán supeditadas en alguna medida a esta administración central en algunos temas. La recaudación de impuestos suele repartirse entre estas dos instancias a partir de distintos sistemas que buscan un equilibrio en la asignación de recursos, equilibrio que muchas veces es difícil de alcanzar.