En principio, el concepto reciente tiene una definición sencilla: algo que se ha hecho hace poco tiempo. Sin embargo, su uso tiene bastantes matices y particularidades. La palabra reciente es un adjetivo y se convierte en recién si se utiliza como adverbio de tiempo.
El adjetivo reciente aclara una situación: algo acaba de concluir, ya se ha hecho y la acción ha sucedido muy poco tiempo atrás, probablemente unos minutos. La circunstancia de que el tiempo de finalización esté muy próximo al momento en que se utiliza la palabra reciente significa que las propiedades de lo acabado se mantienen intactas. Tómate un café, está recién hecho o me gusta el olor del pan recién hecho.
Se emplea igualmente cuando se quiere enfatizar que con una alteración temporal la situación descrita sería muy distinta: recién vinieron ellos, yo me tuve que ir o están recién casados o duerme casi todo el día porque es un recién nacido. En el ejemplo del recién nacido, no significa que el bebé tenga unos minutos o unas horas de vida, sino que en este caso la noción de tiempo es más amplia ( puede aplicarse a un niño de varias semanas ).
Lo reciente tiene una peculiaridad psicológica que vale la pena mencionar. Recordamos con más facilidad los acontecimientos cercanos, pues utilizamos la memoria a corto plazo. Transcurrido un tiempo, aquello que se retiene en la memoria se puede olvidar por completo. Por lo tanto, psicológicamente lo reciente tiene un valor muy apreciable. Prueba de ello es que los medios de comunicación se ocupan de lo reciente, cuanto más inmediato mejor. Hay un interés hacia lo moderno, lo actual y lo reciente y, paralelamente, un desinterés hacia lo antiguo, lo caduco o lo viejo.
Lo reciente aporta una cualidad a algo, que puede ser positiva o negativa. Normalmente el sentido es favorable, porque hace referencia a unas propiedades todavía intactas y que el paso del tiempo no ha alterado. A veces el contexto es claramente despectivo, cuando el escaso tiempo al que alude el concepto manifiesta una carencia o limitación ( Es un recién llegado y casi no tiene experiencia ).
El adjetivo reciente o el adverbio recién tienen una dimensión temporal. Constantemente empleamos palabras y expresiones con una connotación temporal, ya que es necesario que situemos la comunicación en el pasado, el presente o el futuro. Lo reciente está situado en el pasado pero prácticamente en el presente.