Este concepto implica el tiempo vinculado con la completación de una acción. En tanto tal, el concepto puede aplicarse a numerosos ámbitos y con numerosos usos. Así, puede referirse a rapidez en la toma de decisiones, en la producción de bienes y servicios, en el deporte, en la circulación del dinero, etc. La rapidez, no obstante, no siempre es sinónimo de eficacia y eficiencia, como lo afirma el dicho: “ve despacio si tienes prisa”; básicamente refiere a que el intento de imprimir velocidad a una determinada tarea en ocasiones provoca frustraciones y termina significando una pérdida de tiempo mayor.
En el caso del deporte, la rapidez es una cualidad de enorme importancia, sobre todo en certámenes que implican la superación de competidores para llegar a una determinada meta. De todos estos certámenes, el más representativo es sin lugar a dudas la carrera de cien metros. En esta, los competidores deben ubicarse con una rodilla en tierra hasta el momento de la señal, cuando deben lanzarse a toda velocidad para recorrer una distancia en el menor tiempo posible; cuando se llega a cruzar una cinta que señala la llegada a la meta, se considera que se ha conseguido el triunfo. La carrera de los cien metros tiene estatus de Juego Olímpico y requiere un gran esfuerzo para los corredores que participan en ella.
Existe en economía un concepto interesante en lo que respecta al modo en que circula el dinero. Es sabido que en muchas ocasiones los estados financian sus déficits fiscales mediante la emisión de dinero. En estas circunstancias, como el circulante aumenta por encima del crecimiento de la economía, se produce el fenómeno inflacionario, esto es, el aumento generalizado de los precios de los bienes y servicios. Ahora bien, en ocasiones la inflación también puede producirse por la rapidez con la que circula el dinero. Así, cuando esta aumenta, se intenta comprar más bienes de los que la economía puede producir, dándose el consabido aumento de precios.
En la producción de bienes y servicios, la rapidez se emparenta de algún modo con la productividad. Cuando se pueden producir una misma cantidad de bienes y servicios en menor cantidad de tiempo, puede considerarse como señal de que se ha mejorado la inversión. En el caso del capitalismo, es sabido que la división del trabajo ha jugado un rol de enorme importancia en el proceso. Otro elemento a considerar sin lugar a dudas es el enorme desarrollo tecnológico vivido en los últimos tiempos.