Toda ciencia tiene un objeto de estudio. En el caso de la psicología, se trata de la ciencia que estudia el comportamiento humano. Es decir, la psicología es un área de estudio que también ayuda a cualquier persona a conocerse más y mejor a sí misma. De forma curiosa, existen muchos estudiantes que estudian psicología en la universidad no para desempeñar esta profesión en el futuro sino motivados por el deseo de conocerse más a sí mismos, lo que equivale a ser más felices.
El conocimiento psicológico tiene como objetivo comprender mejor los esquemas de comportamiento humano, los patrones de la personalidad, los rasgos del carácter, los procesos de la emoción, el plano de la conciencia y de la inconsciencia (en relación con este ámbito, Freud fue uno de los profesionales que más estudió el poder del inconsciente).
Sin embargo, conviene puntualizar que existen muchas ramas distintas de la psicología y cada rama tiene su propio método. La psicología es la ciencia que estudia la grandeza del ser humano, un ser marcado por una enorme dignidad y que se diferencia de otros seres por su inteligencia y su voluntad. El ser humano tiene la capacidad de reflexionar sobre sí mismo. La psicología nos recuerda que todo ser humano es único e irrepetible, diferente a los demás.
Desde un punto de vista más cotidiano, el papel del psicólogo queda englobado en el área de la salud puesto que cuando una persona sufre un malestar emocional puede afrontar una terapia psicológica para conocer la raiz de su malestar. El psicólogo es el profesional indicado en algunos casos concretos, por ejemplo, en un caso de depresión. Todo ser humano tiene un mundo interior. La terapia psicolófica profundiza de forma positiva en este mundo interior creando un entorno adecuado para la introspección a partir del diálogo asertivo.
A lo largo de la historia de la psicología existen distintas escuelas psicológicas que han sumado un valor añadido en la profundización del conocimiento psicológico. Conviene destacar el excelente trabajo realizado por la psicología experimental propia de Wundt, por otra parte, la influencia del psicoanálisis de Freud tiene eco incluso en nuestros días, mención especial merece también la psicología conductista de John Broadus Watson, al igual que la terapia cognitiva de Aaron T. Beck. La psicología humanista también observa la grandeza de la persona. El ser humano aspira por naturaleza a ser feliz, por esta razón, la psicología también se convierte en la ciencia que reflexiona de forma profunda sobre la felicidad.
Un ejemplo de pensador que reflexionó sobre el poder de la felicidad es Victor Frankl fundador de la Logoterapia y autor de El hombre en busca de sentido. Como explica este pensador, el ser humano es más feliz cuando encuentra un sentido a su existencia.