Aunque todos seguramente creemos saber qué es la dignidad o la cualidad de ser dignos, la realidad es que es difícil poner en palabras lo que entendemos de este término tanto porque es muy abstracto como también porque es complejo y puede derivar en diferentes explicaciones.
Etimología de un término complejo
Para entender lo que es la dignidad debemos prestar atención a su etimología. Esta palabra proviene del latín, idioma en el cual el concepto de dignitas se refería a la cualidad de una persona de ser digna o merecedora de un reconocimiento. Así, en la Antigua Roma, la dignitas era un honor que se entregaba o que sólo algunas personas poseían. La dignidad tenía que ver con merecer ciertos títulos, ser considerado valioso o importante en la sociedad, etc.
La transformación del término en las sociedades modernas
Es importante comprender aquí que todas las sociedades de la Antigüedad fueron sociedades altamente desiguales en las que la jerarquización social estaba aceptaba y era natural que algunos pocos tuvieran todo el poder y la mayoría nada. Sin embargo, esta concepción cambia en el siglo XVIII con la Revolución Francesa y el posterior desarrollo de la noción de Derechos Humanos. Estos derechos pertenecen a todos y cada uno de los individuos porque son inherentes a su ser.
Así, apareció en las sociedades post-revolucionarias la idea de que la dignidad era un valor que poseían todos los seres humanos por el sólo hecho de ser tales. Uno es digno, merecedor y valioso no por haber nacido en una familia o por tener un pasado valiente sino simplemente por ser humano, una cualidad que no se le puede negar a nadie. La dignidad entonces es aquello que todos poseemos y que hace que debamos acceder a los mismos derechos para que ellos nos procuren una calidad de vida buena a todos.
¿Por qué es difícil vivir dignamente?
A pesar de todo lo dicho, aún hoy, en sociedades que se consideran modernas y civilizadas, encontramos personas que no ven cubiertos sus derechos y que viven por debajo de la línea de lo que es entendido como digno. Personas que viven en la calle, indigentes, que no tienen trabajo o que no poseen acceso a servicios o derechos son situaciones muy comunes en las grandes ciudades y lo complejo de esto es que muchas veces no hay programas o proyectos desde los gobiernos para solucionar este tipo de problemáticas. Por otro lado, las sociedades también poseen un alto grado de individualismo que hace que las personas no puedan ver más allá de sus propias necesidades y la solidaridad, la empatía o la ayuda no sean características esenciales.