Así como existen unos valores morales que son el principio del obrar correcto y que ayudan a diferenciar entre el bien y el mal desde el punto de vista ético, también podemos tener en cuenta que existen unos contravalores que tienen el efecto contrario y que conectan de forma clara con acciones incorrecta. Existen ejemplos de valores morales como la generosidad, el respeto, la sinceridad y la tolerancia. Pero también existen otros ejemplos de antivalores como la mentira, la traición, la infidelidad, el egoísmo, la deslealtad… son valores que muestran acciones inmorales que todo ser humano puede cometer en algún momento de su vida.
Los antivalores son contrarios a la dignidad de la naturaleza humana puesto que todo ser humano está llamado a superarse a sí mismo gracias a la práctica de la virtud mediante la realización del bien. Cuando una persona actúa en consonancia con algún antivalor está actuando por debajo de sus posibilidades.
Una persona que actúa bajo el efecto de los antivalores con mucha frecuencia es una persona fría y sin escrúpulos que no mide las consecuencias de sus actos. Por el contrario, una persona con una moral recta mide sus actitudes. Los antivalores deben producir rechazo y ser motivo de evitación.
En el ámbito humano existen antivalores que pueden interferir en las relaciones personales:
1. La deshonestidad muestra una actitud de traición hacia otra persona con la que existe un vínculo de confianza. Un gesto deshonesto rompe esa confianza de una forma puntual como consecuencia de una actitud concreta. En el contexto del ámbito de la pareja, una mentira es un gesto de deshonestidad.
2. La arrogancia muestra la actitud de orgullo y prepotencia que tiene una persona en sus relaciones interpersonales al punto que se comporta como si estuviera por encima de los demás. En la línea de la soberbia tenemos la vanagloria y la soberbia actitudes que rompen con el esquema de igualdad en las relaciones interpersonales.
3. El odio es un sentimiento dañino en sí mismo para quien lo sufre porque odiar a alguien es desear el mal de esa persona. Conviene puntualizar que el odio produce una enorme descarga de energía negativa. El odio se diferencia de la envidia en que aquel que siente envidia, sufre tristeza por el bien ajeno pero no desea el mal de esa persona. Sin embargo, la envidia también es un antivalor en tanto que es contraria al amor.