Se denomina proporcionalidad a una determinada relación entre partes que hace que estas mantengan entre sí un orden capaz de especificarse. El término puede aplicarse de forma variada y en una enorme cantidad de campos, pero es especialmente utilizado en algunas disciplinas. Esta circunstancia se explica especialmente por el hecho de que guardar una proporción entre distintos elementos se hace crucial y debe reflejarse de la manera más fiel posible. En la antigua Grecia, por ejemplo, gracias a la alta valoración que se tenía por la belleza, la idea de proporción era ampliamente valorada y esta circunstancia también se extendía al plano moral, en donde los actos debían guardar una relación entre sí, una medida o mesura: una falta en este sentido era sin lugar a dudas castigada por los dioses.
Dado lo expuesto, es evidente que las primeras disciplinas en las que debe hacerse uso de proporcionalidad son las artísticas. Entre ellas, la que más necesita de esta circunstancia es la pintura. En efecto, para que un dibujo o pintura funcione como un reflejo de la realidad, es necesario que guarde cierta proporcionalidad entre sus partes. Un célebre ejemplo de esta circunstancia es el denominado “Hombre Vitrubio”, un dibujo propio de Leonardo da Vinci en donde se refleja la proporcionalidad que debe existir entre los miembros de un hombre dibujado. El gráfico se acompaña con notas de índole anatómica que sirven como explicación a esta técnica.
En el caso de la escultura, cabe el mismo criterio que con la pintura. La proporcionalidad debe respetarse en casos de lo que quiera representarse sean seres vivos, en particular seres humanos. Los griegos fueron especialmente cultivadores de este tipo de criterio, circunstancia que puede evidenciarse fácilmente si se observan algunos de las muestras que nos legó el pasado. Con el paso del tiempo esta característica se perdió hasta volver a redescubrirse en el renacimiento, momento en el que se revalorizan los conocimientos propios de la antigua Grecia y Roma.
En la arquitectura, la proporcionalidad tiene que ver ante todo con el hecho de que los pesos de una estructura se distribuyan adecuadamente y no den lugar a situaciones de peligro. Así, la estructura sobre la que se sustenta un edificio debe guardar una proporcionalidad entre las partes de modo tal en que se eviten los desbalances que podrían ser causantes de desmoronamientos.
Si se observa la naturaleza, puede observarse que existen notorias circunstancias de simetría, y por lo tanto de proporcionalidad. Esta circunstancia fue estudiada en algunas ocasiones y dio lugar a algunas teorías y relaciones matemáticas que pueden alumbrar aún más en lo que respecta a la noción de proporcionalidad en el arte.