Es uno de los productos más conocidos y utilizados en el ámbito de la gastronomía y especialmente en el de la pastelería: el praliné. Esta mezcla única de frutos secos y azúcar es una de las delicias más buscadas y consumidas en todo el mundo tanto por su único sabor como por su dulzura y crocancia. Puede fácilmente convertirse en un componente de otras preparaciones como en un producto para ser consumido en sí mismo.
El origen de tan única dulzura
Ya el nombre de esta preparación sirve para entender su procedencia. Creado en Francia, el praliné es parte esencial de la gastronomía francesa tradicional y de la repostería que utiliza grandes cantidades de azúcar.
El praliné comenzó siendo utilizado como un elemento para saborizar y dar crocancia a las preparaciones húmedas pero tuvo tanto éxito entre los paladares que se terminó convirtiendo en un producto en sí mismo que muchas veces se realiza como golosina o dulzura. Su creador es desconocido y esto se debe a que gran parte de las cosas que consumimos hoy en día han sido alguna vez una creación accidental de la gastronomía. Se conoce, sin embargo, su uso por lo menos desde el siglo XIX en diferentes registros culinarios.
¿De qué hablamos cuando hablamos de praliné?
Esencialmente, el praliné es una mezcla hecha a base de frutos secos molidos o triturados que se caramelizan y endulzan con algún tipo de azúcar derretida. Al cocinarse ambas cosas juntas, los frutos secos quedan recubiertos de una capa de azúcar endurecida que les da mayor crocancia y los hace completamente dulces.
De colores amarronados dependiendo de la cantidad de tiempo que se lo cocine, el praliné se puede usar como un polvillo al ser molido o bien, si no se tritura, dejar enfriar en una plancha o superficie plana y luego cortar en trozos más o menos pequeños para usar como decoración o como parte más notoria dentro de un budín o torta.
Los diferentes productos en base al praliné
Tal como pasa con muchas otras preparaciones, el praliné ha dado nacimiento a muchos alimentos que lo contienen o que, al menos, emulan su sabor. En Bélgica y Suiza se han desarrollado numerosos bombones y chocolates que incluyen al praliné como un elemento tanto saborizante como decorativo.
Al mismo tiempo, en el estado de Nueva Orleans, en Estados Unidos, la tradicional presencia de costumbres originarias de Francia ha hecho que el praliné esté presente en muchas preparaciones dulces. Además, existen helados, cremas y postres cuyo nombre es simplemente praliné porque es esto el ingrediente principal que le da sabor, consistencia y textura. Por último, también existe como golosina debido a la alta dulzura que posee.
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