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Definición de Músculo Esquelético estructura, y funciones

Tatiana Bengochea
Lic. en Ciencias Biológicas

El músculo esquelético es un tipo de tejido muscular que se controla de manera voluntaria, y se encuentra en diferentes zonas de nuestro organismo, como las piernas, los brazos, las manos, los pies, la cara, el abdomen, la espalda y el tórax.

Aspectos principales de su estructura

Está compuesto por fibras musculares. Cada fibra muscular es una célula individual formada por un sincitio, es decir, una estructura formada por la unión de más de una célula. De esta manera, las fibras musculares se observan como células multinucleadas con una forma poligonal. Presentan, en general, un diámetro que va de los 10 a los 100 micrómetros, y una longitud que varía desde los 4 milímetros hasta casi un metro.

Sus fibras musculares se diferencian de otros tipos celulares por su forma característica y por en el hecho de que poseen un mayor número de mitocondrias, en concordancia con la alta demanda energética que presentan cuando el músculo está trabajando.

Además, poseen cientos de miofibrillas dentro de ellas, que son unos filamentos compuestos por las proteínas miosina y actina, que se encargan específicamente de llevar a cabo la contracción muscular. Las miofibrillas están dispuestas en el músculo esquelético de una forma particular, que brinda un aspecto estriado al mismo, pudiéndose observar una serie de bandas claras y oscuras cuando se observan en el microscopio.

Funciones y formas del músculo esquelético

Entre sus principales funciones generales, podemos mencionar la movilización de las diferentes partes del cuerpo, el mantenimiento de una postura erguida, y la protección de los órganos internos.

Los músculos esqueléticos de las piernas y los pies nos permiten movilizar las extremidades inferiores de manera voluntaria. De esta manera, podemos caminar, correr, sentarnos y pararnos. Por su parte, los músculos de los brazos y las manos nos permiten tomar objetos, escribir, pintar, y un sinfín de actividades más que realizamos con las extremidades superiores. Los músculos de las extremidades, en general, presentan una forma alargada con forma de huso. En sus extremos suele haber tendones que unen a los músculos con los huesos.

Los músculos esqueléticos de la cara nos permiten realizar expresiones faciales, abrir y cerrar la boca, sonreír, etc. En esta categoría podemos encontrar músculos circulares, como los que rodean a la boca o a los ojos, y a otros músculos pequeños.

Por último, los músculos del tronco (del abdomen, tórax y la espalda), contribuyen a mantener una postura erguida y a realizar diferentes movimientos cuando trabajan en conjunto con otros grupos musculares. Además, tienen una función protectora de los órganos internos, amortiguando posibles golpes que vienen del exterior. Estos tipos de músculos esqueléticos suelen presentar una forma aplanada y son anchos, como es el caso de los pectorales, los adbominales y los dorsales.

Diferencias entre el músculo esquelético, el cardíaco y el liso

En el organismo podemos encontrar: el músculo cardíaco, que forma al corazón, y el músculo liso, que forma parte de las paredes de órganos internos como el tubo digestivo, el útero, los bronquíolos pulmonares y los vasos sanguíneos.

La principal diferencia entre el músculo esquelético y el músculo cardíaco es que el primero tiene un control voluntario, mientras que el segundo se controla principalmente de forma involuntaria. Otra diferencia es que las fibras musculares esqueléticas, como se mencionó anteriormente, son células multinucleadas, mientras que las fibras musculares cardíaco presentan un único núcleo central y se unen entre sí dando un aspecto ramificado.

Por otro lado, la diferencia principal entre el músculo esquelético y el liso, es que el segundo no presenta las estriaciones características que se pueden observan en el esquelético. Esto se debe a que, en el liso, las fibras de actina y de miosina encargadas de la contracción presentan una disposición diferente. Al igual que el cardíaco, el liso se controla de forma involuntaria y sus células presentan un único núcleo central, al contrario de lo que ocurre en el esquelético, que tiene control voluntario y sus células presentan muchos núcleos periféricos.


Autora

Escrito por Tatiana Bengochea para la Edición #121 de Enciclopedia Asigna, en 02/2023. Tatiana es Lic. en Ciencias Biológicas y Prof. en Biología. Graduada en la UBA, Arg.