El concepto de Perestroika, en ruso, cuyo significado responde a “reestructuración”, refiere al conjunto de reformas económicas llevadas a cabo en la Unión Soviética entre 1985 y 1991 durante el mandato de Mijaíl Gorbachov. Se trató de un proceso que implicó romper con la economía centralizada para dar paso al libre mercado. Su objetivo consistía, en teoría, en transformar al socialismo para fortalecerlo. La consecuencia fundamental de la Perestroika fue la caída de la Unión Soviética que, luego de 74 años, abandonó el socialismo de Estado y permitió el ingreso del capitalismo. En lo que respecta a la sociedad, la Perestroika tuvo un fuerte impacto, ya que dio paso a una fuerte polarización social, inexistente hasta el momento en Rusia, la cual perdura hasta la actualidad.
Contexto histórico
Tras la muerte del primer mandatario soviético, Leonid Brézhnev, en el año 1982, y luego de dos breves mandatos de Yuri Andropóv y Konstantín Chernenko, en 1985 el abogado Mijaíl Gorbachov fue nombrado como secretario general del Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviético. Mediante este nombramiento, se le otorgaba el liderazgo por sobre todo el territorio de la URSS.
Una vez en el poder, Gorbachov declaró que la economía soviética se encontraba en crisis debido a que la centralización de la producción y el comercio había llegado a un punto de estancamiento. Asimismo, el bloqueo comercial que impedía las negociaciones con los países occidentales sería, según el mandatario, un aspecto que incidía de forma negativa en la situación económica. Por tal motivo, Gorbachov propuso llevar a cabo una serie de reformas que pudieran volver a fortalecer al socialismo aunque aplicando una economía de mercado. Se trataría de una reorganización del Estado basada en dos políticas fundamentales: la Glásnost (que refería a la apertura en materia de transparencia en los medios de comunicación) y la Perestroika (que consistiría en mejorar la situación del socialismo incorporando elementos del liberalismo).
Si bien en un principio gran parte de la población estuvo de acuerdo con las medidas reformistas de la Perestroika ya que se presentaba como una alternativa para volver a fortalecer al modo de producción socialista, en la actualidad diversos autores sostienen que en los hechos no había una crisis en la economía soviética, sino que este reformismo sería un modo de justificar los privilegios con que contaba la burocracia del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS).
Características
Como se ha mencionado anteriormente, se denominó Perestroika al conjunto de medidas económicas reformistas llevadas a cabo en la Unión Soviética entre 1985 y 1991. Es de destacar que, si bien su principal vocero fue Mijaíl Gorbachov, el programa de reformas estuvo aprobado por el Comité Central del PCUS. Dicho programa se proponía transformar, en 500 días, a la economía centralizada y planificada de la Unión Soviética en una economía de mercado de corte liberal pero socialista.
Para lograr sus objetivos, la Perestroika implicaba tanto la mejora en las relaciones con los países occidentales como la aceptación de la propiedad privada en pequeños bienes y la aplicación de la liberalización de precios. Asimismo, este programa buscaba alcanzar el pleno empleo y, según lo planteado, ello se lograría mediante la liberalización en la toma de decisiones de las autoridades locales de las empresas ya que agilizaría las resoluciones y disposiciones mediante un sistema de autorregulación empresarial.
Sumado a ello, paulatinamente se fueron aceptando otras medidas como la posibilidad de actividades económicas privadas, el ingreso de capitales extranjeros, la finalización de la regulación de los salarios y la privatización de algunas empresas públicas.
Consecuencias
La Perestroika acarreó una seria de consecuencias perdurables para la Unión Soviética. En principio, las privatizaciones y la liberalización del mercado generaron un retroceso en la industrialización que se había desarrollado hasta el momento. A su vez, la población soviética vivió una fuerte crisis, no solo económica sino también psicológica. En este punto, es preciso tener en cuenta que el paso de una economía planificada a una economía de libre mercado constituyó un desplazamiento desorientador para la sociedad.
Por otro lado, la importante inflación y el aumento de la pobreza en un índice del 50% tuvieron su correlato en el aumento de la polarización social y en el desigual desarrollo económico de las regiones que conformaban la Unión Soviética, consecuencia que perdura hasta el día de hoy.
La crisis generada por la Perestroika impactó en el surgimiento de diversos movimientos revolucionarios al interior de la Unión Soviética y su esfera de influencia que terminaron con la independencia de ciertos países y con la Caída del Muro de Berlín en 1989.
Finalmente, la consecuencia fundamental de la Perestroika fue el derrumbe de la Unión Soviética que se disolvió en 1991 dando origen a quince nuevos Estados y permitiendo la entrada del capitalismo en la región.
Referencias bibliográficas
Corvalán, L. (1993). “El derrumbe del poder soviético”, Chile: Editorial Los Andes.Autora
Escrito por Mercedes Roch para la Edición #123 de Enciclopedia Asigna, en 05/2023. Mercedes es Profesora y Licenciada en Historia, egresada de la Universidad de Buenos Aires, Argentina. Maestranda en Estudios Culturales Latinoamericanos. Autora de Primeras (Editorial Malisia).