Una opción es la posible elección de realizar algo. Antes de tomar una decisión la valoramos, analizamos los aspectos positivos y los negativos. Tras el análisis elegimos una opción u otra.
El hecho de que exista una opción, implica a su vez que existe la contraria. Así, elegir algo significa que puede no elegirse. Esto quiere decir que la idea de libertad se encuentra implícita en la idea que aquí se analiza.
La libertad es analizable desde planteamientos muy distintos. Sin embargo, uno de ellos tiene una dimensión relativamente simple: la elección. Permanentemente estamos decidiendo, cosas banales y a veces muy importantes. Y la elección es siempre un ejercicio de libertad. Hay un componente de duda, de indecisión e incluso de temor ante el momento de tomar partido por algo o su contrario. Estas ideas ( elección, decisión y libertad ) están estrechamente ligadas al concepto de opción.
Cada opción es un riesgo. Cuando pasa el tiempo podemos valorar el acierto o el desacierto de nuestras decisiones, pero ya están tomadas y es preferible asumirlas. De alguna manera, la peor opción es la indecisión, es decir, no optar por nada concreto. Sin embargo, esta posibilidad también representa otra opción. Así, no hacer nada es otra manera de hacer algo. Esta circunstancia es una paradoja.
Cuando se presenta la posibilidad de realizar algo o no hacerlo, se dice que es opcional. Y cuando consideramos que es inútil esforzarse por algo porque el éxito es muy improbable, se dice que no hay opciones ( no había ninguna opción de victoria, faltaban dos minutos para acabar el partido y perdíamos por 6 a 0 ).
Aunque el uso de la palabra opción se refiera a la libertad de elección, hay un ámbito del conocimiento que se dedica a medir con precisión las opciones: el cálculo de probabilidades. Esta rama de las matemáticas es de gran utilidad en todo tipo de facetas: apuestas deportivas, inversiones en bolsa o previsiones meteorológicas. En todas estas actividades hay la necesidad de conocer lo más aproximadamente posible lo que va a ocurrir. De alguna manera, con cálculos o sin ellos, estamos decidiendo permanentemente. El lector que se encuentra leyendo este texto ha decidido hacerlo por algún motivo y el que esto escribe espera que la opción elegida haya sido provechosa.