Aunque poco conocida su existencia, el ómbudsman es una figura política que está al servicio del pueblo y que, a pesar de poder tener pertenencia política, está alejado de las estructuras de poder y por lo tanto tiene como principal responsabilidad obrar en beneficio y cuidando los derechos de la población.
Origen y explicación del término
El término ómbudsman es una palabra que a muchos en nuestro idioma puede parecernos extraña o rara. Esto claramente se debe a que el término proviene del idioma sueco, formada por dos palabras a su vez: «ombud» y «man». Mientras la primera refiere a la idea de ‘defensor’, la otra claramente significa ‘hombre’, por lo cual el ombudsman es aquel que tiene la función primordial de defender, proteger al ciudadano.
El ombudsman surge con el objetivo de actuar como una posibilidad extra de que los ciudadanos de una comunidad puedan reclamar ante aquellos eventos que consideran una injusticia o indebidos. Aquí es importante aclarar que el mismo va por fuera de los poderes que forman el Estado y aunque es un funcionario público su responsabilidad no lo ata a ningún partido político o estructura con tal de que sea completamente imparcial.
Beneficios de la figura de Defensor del Pueblo
Como todo en los gobiernos democráticos, la figura del ombudsman también es una figura perfectible, ya que representa beneficios pero muchos límites. Por un lado, debemos mencionar que la persona que llega a ocupar ese cargo lo hace por elección misma del pueblo. Esto es importantísimo ya que señala que su legitimidad es igual a la de cualquier otro representante político, ya sea el presidente o cualquier diputado y senador. Al no estar coercionado o unido directamente al Poder Legislativo ni a ninguno de los otros dos poderes, el ombudsman tiene cierto nivel de libertad política que le permite incluso enfrentar a las injusticias o actos indebidos y abusos que cualquiera de ellos pueda representar.
¿Qué límites tiene esta figura política?
Sin embargo, el ombudsman no tiene la posibilidad de cambiar realmente ninguna situación ya que su función es principalmente de consejo, de acompañamiento y de asistencia en situaciones en la que individuos particulares se sientan en peligro por acciones o decisiones de los gobernantes. Así, no es vinculante ni tampoco determina posibles cambios. En muchos casos ha sido comparado con el papel de un abogado y actúa como tal en cuanto a lo que respecta a personas que no pueden costear asistencia profesional legal.