El día terrestre puede ser dividido en diferentes momentos que dependen de la ubicación del planeta en relación con el Sol. Cualquiera de los tres términos a los que haremos referencia aquí no son solamente un fenómeno geoterrestre y estelar sino que han sido estudiados por el ser humano y ocupan una parte importante en el mundo artístico debido a que representan muchas veces sensaciones de melancolía, placer y bienestar.
Ocaso, atardecer, anochecer… ¿qué representan estos fenómenos?
Para comenzar a definir estos términos es importante señalar que son todos el resultado del movimiento del planeta y de su permanente reubicación respecto al Sol así como también a la Luna. El Sol es la estrella central del sistema solar, aquella que nos da vida y que nos brinda su luz o su oscuridad dependiendo de si está presente o se oculta. El planeta Tierra, en su movimiento de rotación permanente hace que los dos hemisferios se vean expuestos de manera diferenciada a la luz solar: mientras en un hemisferio es de día, en el otro es de noche.
Cuando la luz solar desaparece porque uno de los dos hemisferios queda de espaldas al Sol y no recibe su luz se produce el fenómeno del atardecer, del ocaso y del anochecer. Estos tres procesos no son repentinos ni ocurren de un minuto a otro sino que, de acuerdo al movimiento lento y progresivo de la Tierra sobre su propio eje, se dan en cuestión de largos minutos que pueden disfrutarse como una obra de arte.
El modo en que observamos la concreción de estos fenómenos
El principal medio por el cual podemos captar la belleza y la magnificencia de cualquiera de estos tres fenómenos es el visual. Esto es así debido a que el mismo es un proceso silencioso que tiene que ver con la existencia o ausencia de luz y con los efectos que esto genera en el horizonte.
Mientras el atardecer es el momento del día en que la luz solar comienza lentamente a desaparecer, el ocaso y el anochecer son momentos de mayor oscuridad en los que no hay luz natural y que terminan con el siguiente amanecer, es decir, cuando el sol vuelve a salir. Dependiendo de dónde nos ubiquemos en el planeta, si estamos en la ciudad o en el campo, en el hemisferio occidental u oriental, la hora y el modo en el que veamos estos fenómenos variará.
Hay momentos del año en los que estos procesos se dan más temprano (alrededor de las 18 horas) y otros momentos en los que se retrasan (incluso hasta las 21 horas), pero esto depende de la estación como de la ubicación que tenemos. Finalmente, si nos encontramos en un lugar con el horizonte amplio y abierto (por ejemplo, en una playa), podremos disfrutar mucho más vívidamente este hermoso proceso.