El neocolonialismo es un albur de colonialismo indirecto y subrepticio que ejercen algunos sectores, en muchas ocasiones los mismos países del antiguo colonialismo, con respecto a otros de menores posibilidades que se consideran periféricos. El término remite a “nuevo colonialismo”, es decir, a una forma actual de llevar a cabo procesos de sometimientos que ya estaban presentes en etapas anteriores al siglo XX. Esta forma de sujeción se fundamenta en diversos procesos de índole económica y política que tienden a mantener a determinados países en una condición de subdesarrollo y estancamiento indefinido que imposibilita una autonomía plena o integración digna con el resto del mundo.
El colonialismo es una forma de relación entre distintos países que se desarrolló aproximadamente entre el siglo XVI y el siglo XIX. Consistió fundamentalmente en una relación asimétrica fundamentada en el dominio político y militar de un país, por lo general europeo, con respecto a otro, por lo general atrasado. Esta dominación militar tenía su correlato en un tipo de relación económica que se fundaba en la extracción de materias primas y en un uso de mano de obra a bajo costo. Dado que las naciones coloniales se beneficiaban de este tipo de relación, comenzaron a existir conflictos entre las mismas por el control de las diversas colonias existentes.
En el neocolonialismo, esta relación militar es prácticamente inexistente, o en caso de influir, lo hará de forma velada bajo circunstancias muy específicas y justificadas ante la opinión pública. La faceta determinante para este tipo de relaciones son las económicas, en donde poseedores de capitales hacen un uso de los mismos que establecen dependencias económicas. Por poner un ejemplo, existen casos de deudas de dudosa legitimidad que han mantenido subyugados a muchos países; estas deudas no fueron tomadas por gobiernos democráticos y elegidos por la población, sino ante todo por dictadores que han mantenido el terror como fuente de su vigencia; en estos casos los capitales financiaron a estos regímenes con sus actos y cuando los mismos fueron depuestos exigieron a toda la sociedad el pago de las deudas contraídas. Esta situación demuestra de qué forma se establecen relaciones que son desfavorables para algunos sectores globales.
Hoy en día, no obstante, es difícil establecer que siempre son países concretos los que tienen un rol de preponderancia en el neocolonialismo En efecto, como hemos visto quizá la expresión más acertada es que son los capitales provenientes de determinados países los que crean este orden de cosas.