Se llama colonialismo al sistema por el cual un Estado impone su cultura, su poder político y su dominio económico sobre un territorio externo a sus fronteras. Este sistema, surgido en el período de las expansiones europeas del siglo XV, inmediatamente se caracterizó por la opresión y la explotación ejercidas sobre los pueblos colonizados. Entre las principales consecuencias del colonialismo sobre los territorios colonizados podemos destacar la pérdida de autonomía, la explotación económica, el menoscabo de la identidad cultural y el sufrimiento humano, entre otras.
Surgimiento
El colonialismo tuvo su origen en la era de los descubrimientos y exploraciones marítimas de los siglos XV y XVI, período en el que las potencias europeas, especialmente España, Portugal, Inglaterra y Francia, lideraron expediciones que llevaron a la conquista de nuevas tierras.
Es de destacar que estas expediciones estuvieron motivadas por una combinación de factores. En primer lugar, una de las motivaciones principales fue la explotación de los recursos de otros territorios. Esto fue así debido a que las potencias buscaban obtener materias primas como metales preciosos, especias y productos agrícolas con el objetivo de enriquecer sus economías. En la misma línea, el colonialismo ofrecía a las potencias la posibilidad de instaurar en las colonias nuevos mercados en los cuales insertar sus productos manufacturados y así expandir sus redes comerciales.
Por otro lado, en un contexto de competencias entre los Estados europeos, el colonialismo no solo se llevó a cabo como una forma de expandir la posesión de territorios, sino también como una forma de fortalecer su posición geopolítica frente a las demás potencias.
Asimismo, potencias colonizadoras como España y Portugal también basaron su política colonial en motivaciones religiosas que buscaban expandir la fe católica. De hecho, fundaron misiones en las colonias que tenían por objetivo convertir a las poblaciones nativas y difundir la religión.
Características
El colonialismo contó con una serie de rasgos distintivos que influyeron en su naturaleza y en sus efectos sobre las colonias.
En primer lugar, el colonialismo se caracterizó por establecer gobiernos en las colonias que ejercían control directo sobre la política y las instituciones locales. De esta forma, las colonias se convirtieron en extensiones de las metrópolis europeas que se regían según estructuras jerárquicas de poder.
En segundo lugar, como hemos mencionado, una característica fundamental del colonialismo fue que se aplicó la extracción y vaciamiento de los recursos naturales de las colonias, los cuales eran enviados directamente a sus metrópolis para ser manufacturados o para ser vendidos como bienes de lujo. En este sentido, los colonizadores establecieron plantaciones, minas y sistemas comerciales como una forma de maximizar sus ganancias a expensas de las poblaciones nativas. De esta forma, otra característica fundamental del colonialismo fue la apropiación de las tierras que implicaba el desplazamiento de las comunidades originarias.
Por otro lado, las culturas locales de las colonias fueron frecuentemente marginadas y/o suprimidas puesto que se impusieron las propias culturas y cosmovisiones de los occidentales, llevando así a la asimilación cultural y a la pérdida de identidad de las comunidades colonizadas. En otras palabras, los colonizadores transformaron a las sociedades y las identidades culturales de los pueblos colonizados, imponiendo su propia lengua, religión, sistemas educativos y valores culturales.
Finalmente, los sistemas coloniales establecieron estructuras sociales y raciales basadas en la jerarquía y la discriminación. Los colonizadores, al considerarse superiores a las poblaciones locales, establecieron sistemas de dominación que perpetuaban la desigualdad social y racial. Ello se traducía en privilegios para los colonizadores, por un lado, y en la marginación, explotación y discriminación de las poblaciones nativas, por el otro.
Ejemplos
Los ejemplos de sistemas coloniales abundan en la historia. Algunos de ellos fueron:
• Imperio Británico: fue uno de los más extensos y duraderos en la historia del colonialismo. Con colonias en América del Norte, África, Asia y el Pacífico, Gran Bretaña ejerció un férreo control político y económico sobre una gran parte del mundo. India, la «joya de la corona», fue la colonia más grande; allí el dominio británico se perpetuó desde mediados del siglo XVIII hasta mediados del siglo XX.
• El Imperio Español en América: después del viaje de Cristóbal Colón en 1492, España estableció un vasto imperio colonial en América. Los españoles explotaron los recursos naturales americanos y establecieron un sistema de gobierno y administración basado en su propio modelo. Las colonias se independizaron en el siglo XIX.
• La colonización de África: Durante el siglo XIX, las potencias europeas llevaron a cabo el reparto de África a partir de la Conferencia de Berlín (1884-1885). Países como Gran Bretaña, Francia, Alemania y Bélgica establecieron colonias en el continente, explotando sus recursos y ejerciendo control político y económico sobre la población nativa. El colonialismo en África tuvo graves consecuencias ya sea en términos de explotación y despojo de tierras, como en lo que refiere a la imposición de la cultura europea y al debilitamiento de las estructuras sociales y políticas tradicionales.
Referencias bibliográficas
Elliott, J. (2006). “Imperios del mundo atlántico: España y Gran Bretaña en América (1492-1830)”. Madrid: TaurusSaid, E. (1993). “Cultura e imperialismo”. Barcelona: Anagrama.