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Definición de Mesa Redonda características principales

La mesa redonda es una estructura utilizada para entablar un diálogo sobre un tema en específico, en ella participan varios ponentes que expresan sus posturas, conocimientos y puntos de vista como iguales.

Esta forma de diálogo no es la única que puede emplearse para discutir un tema, dentro de estas también encontramos al debate, la tertulia, el panel de discusión, la entrevista, la conferencia de prensa y otras. Si bien todas ellas buscan comunicar y debatir un mismo tema, cada modelo de diálogo tiene características que lo distinguen de los otros.

La mesa redonda debe su nombre a los relatos del rey Arturo y sus caballeros; se dice que varios nobles cercanos al rey se reunían en una mesa redonda para discutir asuntos de importancia en cuanto al reino. Su nombre también da cuenta de la posición de los ponentes pues en una mesa redonda todos están al mismo nivel, no existe una jerarquía ni un líder principal que se siente a la cabeza; esta es una de las características más importantes de esta forma de debate.

Características principales

Varias perspectivas: el principal objetivo de la mesa redonda es debatir un tema en específico al ponerlo bajo la perspectiva de diferentes ponentes. Para lograr lo anterior, los oradores pueden pertenecer a un mismo campo, por ejemplo, todos pueden ser científicos o deportistas, pero quizás cada uno pertenece a campos de desempeño diferentes (física, física aplicada, astronomía, etc.). También es posible que los ponentes pertenezcan a áreas bastante separadas, por ejemplo, podrían incluirse educadores, investigadores, padres de familia, pediatras y demás si se planea abordar un tema relacionado con las infancias. Debido a esto, podemos establecer que los participantes serán escogidos de acuerdo con la naturaleza de la temática central con el fin de agregar varias perspectivas al diálogo.

Evitar la polémica: a diferencia de otras formas de diálogo que quizás buscan contraponer opiniones y posturas contrarias, la mesa redonda busca primariamente entablar un diálogo donde se den a conocer diferentes perspectivas, sin embargo, seguramente aparecerán desacuerdos u oposiciones, pero lo importantes es que no se intente superponer ninguna de estas ideas sobre otra o incluso se busque elegir un ganador del debate por los argumentos que el ponente haya empleado. Cada ponente debe entablar un diálogo con las posturas de los otros a fin de exponer errores y aciertos, así como ventajas y desventajas.

Un mismo tema: la conversación que se entabla entre los diferentes ponentes debe estar guiada por una misma temática, esta no puede ser tan amplia ni tan específica porque arruinaría el diálogo, por ejemplo, si fuera demasiada abierta como “la contaminación” las participaciones irían de un lado a otro, se podría hablar de diferentes tipos de contaminación, de quiénes la generan, de quiénes son los afectados, etc.; por otro lado, si es algo demasiado acotado como “la forma en que la contaminación acústica afecta a David González” estamos hablando de algo demasiado específico que probablemente ni siquiera llame la atención de los ponentes.

Los ponentes: estos deben ser especialistas en el tema a tratar, pueden tener un mismo grado de poder, educación o de otra índole de modo que puedan participar como iguales en la mesa redonda. Cada uno de ellos debe evitar el protagonismo, es decir, no debe acaparar la conversación ni participar sólo para lucir sus conocimientos; por otro lado, debe exponer sus puntos de vista y comprender los de sus compañeros.

Público: las mesas redondas no requieren realmente de un público puesto que pueden llevarse a cabo sin la necesidad de este; sin embargo, actualmente muchas de ellas tienen un público espectador (especialmente si se transmiten por radio, televisión o internet) e incluso pueden tener un público que participe con algunas preguntas al final de la mesa redonda.

Sin jerarquías: los ponentes participan en igualdad dentro del diálogo, en este sentido, todos tienen derecho a participar, de hecho, también sus tiempos de participación deben ser similares de modo que no haya un orador que quiera monopolizar la conversación.


Referencias bibliográficas

Cuervo, M., & Diéguez, J. (1991). Mejorar la expresión oral: animación a través de dinámicas grupales. Madrid: Narcea Ediciones.

Autor

Escrito por Marcelo Jesús Salazar Martínez para la Edición #115 de Enciclopedia Asigna, en 08/2022. Marcelo es licenciado en Lingüística y Literatura Hispánica, actualmente estudia la maestría en Literatura Hispanoamericana con PNCP en la BUAP y se especializa en narrativa fantástica hispanoamericana de los siglos XIX, XX y XXI.