Definición
En febrero de 1912 se sancionó la Ley Sáenz Peña que establecía el sufragio secreto, obligatorio y universal masculino. No obstante, la democracia política que comenzó a construirse fue tanto ampliada como restringida, ya que, si bien se incorporó a la clase media y a la clase obrera en el electorado, a la vez que se garantizó su derecho al sufragio, no fueron incorporados como electores ni las mujeres ni los habitantes originarios.
A pesar de las restricciones, la Ley Sáenz Peña permitió el ascenso político de la clase media representada por el radicalismo y el triunfo electoral de Yrigoyen en las elecciones presidenciales de 1916. De esta forma, se puso fin al período oligárquico de gobierno y se inauguró el momento político de la democracia.
Marco histórico
El Partido Autonomista Nacional, de tendencia conservadora, gobernaba la Argentina desde 1874. El mismo continuaba perpetuándose en el poder utilizando como mecanismo al fraude electoral. No obstante, a partir de las inmigraciones masivas de fines de siglo proliferó una fuerte oposición al régimen que gobernaba, sobre todo en favor de posturas anarquistas y comunistas. Asimismo, se vivió un ascenso de la clase media nacional que, si bien no buscaba modificar el sistema estatal, también reclamaba representación política.
Fueron miembros de esta última los que llevaron a cabo la Revolución radical en 1905 impulsada por el descontento popular frente al fraude electoral. Su principal reivindicación consistió en instaurar un régimen con elecciones libres y democráticas. Aunque la rebelión, liderada por Hipólito Yrigoyen, no logró su objetivo de forma inmediata, la situación conflictiva le demostró a la elite que era necesario poner en cuestión el modelo político.
En los años que siguieron a la Revolución, se sucedieron huelgas y movilizaciones obreras que desataron el miedo al comunismo en los sectores dominantes. En respuesta a ello fue que se formó un nuevo partido político, la Unión Nacional, también compuesto por miembros de la elite pero con un tinte reformista. De dicho partido surgió el presidente electo de 1910, Roque Sáenz Peña. Si bien el mismo no llegó al poder mediante métodos democráticos y libres, sí impulsó el debate respecto de los alcances del sufragio en la Argentina.
Fue en este contexto que, el 10 de febrero de 1912, se sancionó la Ley Sáenz Peña (8.871) de voto secreto, universal y obligatorio para todos los argentinos mayores de 18 años. De esta forma, se puso fin al voto calificado que había regido por décadas y se impidió el fraude electoral ya que el ciudadano pasó a tener autonomía para votar gracias al secreto del cuarto oscuro. Es de destacar que la elite, con la aprobación de la nueva ley, accedió a la demanda del radicalismo de implantación de un sistema democrático fundamentalmente porque buscaba unificar a las clases dominantes para mantener la estabilidad frente al descontento obrero que propugnaba ideas de izquierda.
Consecuencias políticas de la Ley Sáenz Peña
En abril de 1912 tuvieron lugar las primeras elecciones legislativas reguladas por la Ley Sáenz Peña. En ellas presentaron sus candidaturas tres nuevos partidos: la Unión Cívica Radical, el Partido Socialista y la Liga del Sur. No obstante, si bien se incorporaron 15 diputados nuevos, esto no constituyó un desafío para el sector conservador que contó con 43 diputados en la Cámara.
En 1914, por segunda vez después de sancionada la Ley, se volvió a llamar a elecciones legislativas. Esta vez, los resultados reforzaron la tendencia de 1912 y los partidos nuevos obtuvieron victorias en diversos puntos del país. En estas elecciones se incorporaron 30 diputados de los partidos nuevos y 33 representantes de las agrupaciones tradicionales. Así, quedaba en evidencia que la brecha se estaba acortando.
Finalmente, en las elecciones presidenciales de 1916, el candidato del radicalismo, Hipólito Yrigoyen obtuvo el triunfo electoral. Si bien el radicalismo continuó siendo minoría en el Congreso, este suceso marcó un hito en la historia argentina, ya que se puso fin al régimen oligárquico y se instauró un sistema político democrático. No obstante, la democracia no sería completa hasta 1947, año en que las mujeres obtuvieron el derecho a voto.
Referencias bibliográficas
Ansaldi, Waldo. “La trunca transición al régimen democrático” en Nueva Historia Argentina. Democracia, conflicto social y renovación de ideas (1916-1930), Sudamericana, Buenos Aires, 2000.Botana, Natalio. El orden conservador. La política argentina entre 1880 y 1916. Edhasa, Buenos Aires, 2012.