La lectura crítica es un proceso analítico en el que el lector toma una posición activa, de modo que, además de comprender lo que se dice en un texto determinado, se lo coloca a prueba, advirtiendo aciertos, errores y las formas en torno al tratamiento de los datos. El objetivo de este tipo de lectura es generar dudas, interrogantes y el planteamiento de problemas que lleven a una reflexión profunda.
Existen dos pasos esenciales a abordar, por un lado, comprender de la mejor manera posible el texto transformándolo en objeto de análisis. En este sentido, se intenta sintetizar el contenido, separar las ideas principales y secundarias, así como identificar la valoración del autor y los hechos comprobados, a lo que puede surgir dificultades porque, por ejemplo, ante el manejo de una hipótesis, puede llevar a un recorte de los datos a efectos de que la misma parezca más verosímil.
Por otro lado, hay que leer otra bibliografía o fuente que trate el mismo tema, y sobre esta, repetir la mecánica mencionada. De este modo, se hace posible una comparación entre los datos y las argumentaciones esbozadas, permitiendo contrastar visiones, evitando quedar reducido a una única interpretación.
La lectura crítica invita a realizar juicios sobre los temas o argumentos del texto leído. Para ello se debe realizar un “distanciamiento”, en otras palabras, se observa de manera objetiva al buscar los argumentos y puntos de vista sobre los temas que trata. Al cuestionarlo se hace la crítica, lo que desarrolla el pensamiento crítico.
Pensamiento crítico
El pensamiento crítico es el proceso meta-cognitivo que permite al escritor regular su conducta y desempeño escrito por medio de la interpretación para abordar una situación y transformarla. Para desarrollarlo se necesita de una lectura auténtica y poder expresar sus reflexiones por escrito. Este pensamiento es el resultado de aplicar las estrategias de lectura y escritura, es decir, la literacidad.
Entre las habilidades que se adquieren están la memorización de un tema, hacer una comparación entre distintos textos, ordenar las ideas encontradas en el texto, así como las que surjan con la lectura, hacer una síntesis de lo expresado en el texto, señalar pasajes de interés, poder presentar información de lo leído, hacer una compilación acerca de un tema en común, etcétera.
En la escuela este pensamiento se logra al hacer diversas lecturas, así como poder escribir distintos tipos de textos al reconocer y familiarizarse con sus características. Estas pueden ser la reseña, el resumen, el ensayo y otros que sirvan para aprender los contenidos de las lecturas, las cátedras y otras experiencias de las que se puede aprender. Así, la lectura crítica forma un repertorio de habilidades que permiten el aprendizaje.
Métodos y funciones para la lectura crítica
La lectura implica la interpretación del sentido de un texto. Es una actividad con dimensiones individuales y sociales que mantiene la lengua, el patrimonio del pensamiento colectivo y contribuye a construir la identidad comunitaria. La lectura es diferente para cada lector al estar determinada por las circunstancias individuales, psicológicas, culturales y sociales de este. Entre las estrategias de abordaje destaca:
Abstracción: Obtener a partir del texto un tema, argumento, objeto o situación en particular y observar cuál es la función dentro de la estructura del texto o razón para escribirlo.
Análisis: Estudio de todas las partes que constituyen al texto u obra literaria: autor, contexto, particularidades del texto, etcétera. El análisis crítico es la separación y diferenciación de los componentes de un texto con el fin de conocer la función de cada uno de estos y descifrar cómo lo construyen.
Síntesis: Hacer una relación de los componentes más significativos que construyen el texto.
Deducción/Comparación: Hallar información desde otra fuente que permita la mejor comprensión del texto. La comparación es la interpretación del texto en relación con otros. Lo mejor para la lectura crítica es que el texto objetivo no sea el único en leerse, sino que se contemplen las diversas fuentes del contexto de la elaboración del texto, para que la información sea lo más extensa y objetiva posible.
Clasificación: Categorización y priorización de los datos obtenidos.
Evaluación: La evaluación de un texto consiste en estudiarlo aplicando las técnicas de la crítica literaria con el objetivo de formar una opinión o una valoración. Esta evaluación puede ser de la calidad del contenido o el impacto social, la importancia que posea el autor o el texto mismo para la sociedad.
Nivel académico en el estudio de los textos
La lectura crítica también se caracteriza por el empleo del conocimiento académico para analizar la calidad del texto. Además de leer y recordar, implica obtener información sobre la obra tratada. Para esto se incluyen estrategias como generar imágenes mentales, el reconocimiento del efecto emocional en el lector, la valoración del texto, entre otras. Esto resulta en la adquisición y desarrollo de las capacidades lingüísticas, metalingüísticas y metaliterarias que mejoran la comunicación entre el texto y el lector. Por medio de estas se logra una interpretación trascendente y que puede llegar al análisis literario.
En el ámbito académico se considera lectura crítica al estudio de los textos en sí mismos, del autor, del contexto cultural, de la lengua, entre otros factores para llegar a la mejor interpretación de la obra; así como para categorizarla, cuestionarla y valorarla. Lo que también conlleva a la adquisición del pensamiento crítico.
Hacer una lectura crítica implica una dedicación y un tiempo mayor que el realizado cuando se lleva a cabo una lectura ingenua, circunstancia que impone la práctica a nivel profesional. No obstante, alcanza a toda la sociedad a partir de la intención individual por estar informado, a lo que se tiende a construir y desarrollar una capacidad crítica, un acervo de herramientas propicias para desmenuzar un discurso.
Autor
Escrito por Victor Sobrino para la Edición #103 de Enciclopedia Asigna, en 08/2021. Victor es Licenciado en Literatura Latinoamericana y Maestro en Investigación Educativa por la Universidad Autónoma de Yucatán con enfoque en desarrollo curricular, social y cultural.