Una joya es un elemento ornamental, generalmente destinado a ser lucido en alguna parte del cuerpo humano. También pueden destinarse a otras funciones: la decoración del hogar, como piezas de museos por su valor arqueológico o incluso con algún valor simbólico en ciertas culturas.
Una joya puede presentarse mediante formas diferentes: pulseras, collares, cadenas, anillos, broches, sortijas, pendientes y un largo etcétera. Quien las crea es un artesano de la joyería y para ello utiliza preferentemente metales nobles ( oro y plata son los más conocidos ), así como piedras preciosas o semipreciosas ( rubí, esmeralda, diamante, aguamarina, cuarzo… ). Tanto los metales como las gemas se caracterizan por ser elementos poco comunes en la naturaleza y por su llamativa belleza. Esta singularidad de los materiales que se emplean para fabricar joyas explica el motivo del elevado valor de algunas piezas de joyería, que pueden llegar a costar auténticas fortunas.
Al ser humano le ha gustado siempre adornar su cuerpo y estar lo más atractivo posible. Para ello, viene confeccionando joyas desde hace miles de años. Así, su función inicial es potenciar la belleza del cuerpo. Aunque este factor no es el único, puesto que las joyas tienen otra función: comunicar a los demás el poder económico y social. Una mujer que lleve en su mano un anillo de oro con un diamante está adornando su aspecto y, sobre todo, está indicando cuál es su estatus social, su poder adquisitivo y, en definitiva, está lanzando un mensaje a los demás sobre su situación económica.
La exclusividad, el precio y el simbolismo de las joyas, hace que este tipo de piezas tengan un atractivo especial. Tanto, que las joyerías tienen dispositivos de seguridad muy sofisticados para prevenir robos o atracos. Por otra parte, hay todo tipo de leyendas e historias en relación con ellas: los faraones se hacían enterrar con las piezas ornamentales más valiosas, la joya como elemento para conquistar a las mujeres o las bandas de ladrones especializadas en piezas de alto valor.
Cuando los adornos y complementos del cuerpo tienen escaso valor se les llama bisutería. Pueden ser muy bonitos, originales y con una elaboración compleja, pero al utilizar materiales corrientes su precio es bastante económico y no tienen la categoría de joya.
Por último, hay un fenómeno bastante curioso en relación con el mundo de la joyería: la falsificación de piezas. Hay personas que no quieren o no pueden gastarse grandes sumas de dinero y se compran una joya falsa. Su aspecto parece auténtico y su simbolismo es el mismo que las que tienen un alto precio.