Se denomina joven a aquella persona que se encuentra en un período temprano de su desarrollo orgánico. El término proviene del término latino “Juventus”, para referir a la edad situada entre la niñez y la edad adulta. Según la Organización de las Naciones Unidas la extensión de la juventud puede abarcar desde los 10 a los 24 años, y abarca tanto la pubertad como la adolescencia tardía, hasta llegar a la juventud propiamente dicha.
No obstante estas clasificaciones, lo cierto es que la extensión de la juventud es una cuestión ardua de descifrar completamente, en la medida en que depende de aspecto como la madurez física, la madurez psicológica, la formación, el entrelazado de relaciones sociales, la posibilidad de incorporarse al mercado laboral. Esto es especialmente importante si consideramos que considerar a una persona como joven depende de criterios culturales dependientes de la comunidad a la que se pertenece; ciertamente, lo que hoy se considera una persona joven es distinto de lo que la sociedad consideraba mil años atrás.
En la actualidad, el joven está expuesto a una serie de problemáticas que son propias de este momento histórico específico. Una de ellas es, por ejemplo, la desocupación, que afecta a numerosas personas que quieren acceder a su primer empleo. En efecto, las naciones europeas, naciones consideradas desarrolladas en el aspecto económico, tienen una tasa de desocupación en la juventud de un nivel preocupante. Así, por ejemplo en España, país castigado especialmente por la crisis económica iniciada en el año 2008, ostenta una tasa de desocupación juvenil que alcanza al cincuenta por ciento.
Por otro lado, en los denominados países en vías de desarrollo, el principal problema que ostenta la juventud es la falta de adquisición de unos ingresos dignos que le sirvan para un desarrollo pleno. Así, aunque la posibilidad de trabajar es más patente en estos países, lo cierto es que los ingresos que se derivan de ese trabajo apenas alcanzan para cubrir las expectativas que una persona pueda tener para lograr un óptimo nivel de vida.
De estas consideraciones se desprende que el joven se encuentra en la presente época enfrentado a una problemática que debe enfrentar ineludiblemente para dar respuesta a sus aspiraciones. Esto ha llevado en los últimos años a un sinnúmero de manifestaciones en distintas partes del globo, llevadas a cabo fundamentalmente por jóvenes que se ven desplazados de la sociedad contemporánea y que buscan mediante éstas dar cuenta de sus situaciones.