- Siglo I a.C.
- Aceptación del misterio y su misión
- Protector de la familia
- Siglo I d.C.
- 8/12/1870
- Santos devotos de su figura
Nació en la ciudad de Belén de Judá (actual Palestina). Su padre fue Helí o Elí, de acuerdo con San Lucas; mientras que para San Mateo el padre fue Jacob; habría sido descendiente directo del Rey David.
Más adelante se trasladó a vivir en Nazaret y ejerció la labor de carpintero.
Se enamoró y se casó con María, madre de Jesús. Cuando su esposa le devela su estado, no dudó de su palabra, pero sí lo interpeló la incertidumbre sobre cómo asumir dicha responsabilidad.
No quería que su esposa fuese señalada por el pueblo.
En dicho instante de inquietud pensó en marcharse, y hacerlo en secreto, porque no tenía idea de cómo convertirse en el padre del hijo de Dios.
Intervino el ángel, una vez más, a pedido de Dios, y le dijo que no debía marcharse ni abandonar a su esposa. Le reconfirmó el misterio del embarazo de María y lo puso en conocimiento de su misión.
Debía llamar a su hijo Jesús y así lo hizo. A su vez, Jesús, se sometió a él como cualquier otro hijo.
Enfrentó la falta de albergue en su paso por Belén, ante el inminente nacimiento de Jesús; consiguió un humilde espacio en un establo, en el cual acomodó a su esposa y la acompañó hasta el nacimiento del Niño Jesús.
Vivió la llegada de los pastores y luego la de los magos de Oriente.
El tirano Herodes, envidioso de Jesús, y obsesionado con retener su poder a toda costa, ordenó matar al niño. En realidad, al no saber realmente quién sería el hijo de Dios ordenó asesinar a todos los hijos varones menores de dos años. Percibió la llegada de Jesús como una intimidación directa a su autoridad.
El ángel lo alertó sobre dicha amenaza y le pidió que lleve a Jesús y a su madre a Egipto y permaneciese allí hasta que él le avise.
Vivió exiliado algunos años junto a su esposa y su hijo.
Con enorme fortaleza y obediencia asumió dicho encargo, a pesar de los problemas que le implicó la mudanza forzada por no hablar el idioma y no contar con el apoyo de amigos ni familiares.
Sufrieron en carne propia prejuicios, a él le costó conseguir un empleo, y tuvieron que vivir en un estado de absoluta pobreza. Todo ello lo aceptó y no le pidió nada a Dios.
Le enseñó a Jesús la profesión de carpintero.
Habría fallecido antes del ingreso de su hijo a la vida pública. Esto se presumió porque no estuvo presente en las bodas de Caná, ni tampoco en el sacrificio de su hijo del cual solamente participó su esposa, la Virgen María.
Habría tenido 90 años cuando falleció, hecho que aconteció cuando Jesús tendría unos 12 años.
Se lo declaró patrono de la iglesia universal, por decisión del Papa Pío IX, padre y esposo modélicos, y fiel custodio de la sagrada familia.
Santa Teresa del Niño Jesús, nacida en Francia, en enero del año 1873, canonizada en el año 1925 por el Papa Pío XI, designada también como doctora de la Iglesia Católica y Patrona Universal de las Misiones, fue una de sus devotas más fervientes y quien más se ocupó de difundir su vida y obra.
Anteriormente, San Bernardino de Siena, (1380-1444) predicador y misionero franciscano, y San Francisco de Sales (1567), manifestaron una comprometida y absoluta devoción por su obra.
Hay una rama de la Iglesia, a cargo de teólogos, denominados doctores de la iglesia, que han abordado con exclusividad el estudio sobre su vida.
También, su historia ha sido objeto de producciones literarias y reflejada en películas y series que abordaron la vida de su hijo Jesús.