- 1.100 a.C.
- Sansón le confesó el secreto de su fuerza
- Traicionó a Sansón por dinero
- Post-Mortem: nacimiento de la leyenda
Habría vivido en el Valle de Sorec, una región al oeste del Mar Mediterráneo y tenido un origen filisteo. Los filisteos fueron un antiguo pueblo, enemigo de los israelíes.
Su encanto natural y su belleza irresistible fueron determinantes a la hora de enamorar a este juez israelí, reconocido por su dureza.
Su larguísima caballera fue la fuente de su fuerza. Absolutamente dominado por su enamorada, le confesó que, el pelo largo fue la fuente de su fuerza, y que, en caso de cortársela, perdería de inmediato ese poderío que lo caracterizaba.
Sin embargo, la confesión no fue tan rápida ni sencilla, previamente, Sansón, le había mentido respecto de ese origen, y ella, al descubrirlo, se encolerizó, hasta llegó a amenazarlo con el hecho de no volverla a ver nunca más si le volvía a mentir al respecto.
La desesperación se apoderó de Sansón y ante la posibilidad de alejarse de ella, confesó.
Antes de vender el secreto a los filisteos, decidió comprobar con sus propios ojos la verdad de los dichos de Sansón. Por la noche, mientras su amante dormía, le cortó el cabello y de inmediato perdió la fuerza.
Sansón fue apresado, le sacaron los ojos y lo sometieron a diversos vejámenes, antes de encarcelarlo.
Ella cobró la recompensa y se olvidó de él para siempre. No fue nombrada nunca más en la Biblia.
Sin embargo, lo que no tuvieron en cuenta sus adversarios fue que el cabello crece naturalmente, y eso ocurrió durante su cautiverio, en el Templo de Dagón.
Cuando recuperó su fuerza, empujó las columnas hasta derribarlas por completo y mató a sus enemigos.
Su historia apareció narrada en el Libro de los Jueces, en el Antiguo Testamento de la Biblia.
Sansón ocupa un lugar destacado en el texto bíblico. Su nombre refiere (“el que sirve a Elohim/Dios). Su historia apareció contenida en el Libro de los Jueces, del capítulo 13 al 16 de la Biblia.
Integró el grupo de los selectos magistrados que salvaron al pueblo de Israel de la esclavitud. Luego de liberarlos, los gobernaron.
El relato bíblico lo presenta a Sansón como un hombre rudo y poseedor de una fuerza extraordinaria para luchar y derrotar a sus enemigos.
Se lo consideró capaz de lograr gestas heroicas, impensadas para un mortal común y corriente, él no lo fue claramente.
Peleó siempre sin armas, utilizando sus propias manos y nada más. Con ellas doblegó un león, exterminó a todo un ejército y derribó un templo de los filisteos solo poniendo en acción su fuerza.
Ahora bien, la Biblia, expresa que esa posesión de fuerza extrema e inusual, corrieron por cuenta de Dios, únicamente, quien se la atribuyó como característica saliente.
La consagración de Sansón al nazareato, es decir, a Dios, le reportó esa fuerza superior y sobrenatural, porque Dios se la atribuyó.
Su historia es, sin dudas, una de las más populares de la Biblia, a pesar de ocupar pocos renglones de esta, en el capítulo 16 del Libro de los Jueces.
Esa fama le reportó la atención popular y fue objeto de varias producciones artísticas, entre ellas: la ópera Sansón et Dalila, de Camille Saint-Saëns, que justamente abordó la seducción de Dalila a Sansón y su posterior traición.
Fue estrenada en Alemania en el año 1877.