Los humanos tenemos inteligencia en un cierto grado y gracias a ella solucionamos problemas de la vida diaria, resolvemos ecuaciones matemáticas, construimos máquinas o interpretamos planos. Sin embargo, en la actualidad existen máquinas que piensan por nosotros, los robots. Todo robot tiene un tipo de inteligencia singular y para referirnos a ella hablamos de la inteligencia artificial.
Los robots están diseñados para realizar actividades muy diversas. Pueden interpretar melodías, realizar trucos de magia, dibujar, escribir, realizar partidas de ajedrez, conducir vehículos, atender emergencias o repartir paquetes.
En otras palabras, es difícil imaginar lo que un robot no puede hacer.
La cibernética es el área científica relacionada con la inteligencia artificial
La cibernética estudia los sistemas de control y comunicación en las máquinas. Los orígenes de esta disciplina se remontan a la ll Guerra Mundial, cuando fueron inventados los primeros mecanismos para controlar la artillería antiaérea. Con posterioridad se observó que los procesos de la naturaleza se podían aplicar al diseño de máquinas.
El objetivo de la cibernética es organizar y crear máquinas para que sean capaces de reaccionar y resolver situaciones. Así, la inteligencia de las máquinas ha sido diseñada para que den respuestas más rápidas que la inteligencia humana. La cibernética está presente en áreas como la informática, la medicina, la biología molecular, la comunicación o la psicología.
Aliada o enemiga
La inteligencia artificial puede cambiar la vida de las personas. Es previsible que en pocos años los robots ayuden a los humanos en todo tipo de tareas pesadas e ingratas. La robótica permite también mejorar las técnicas quirúrgicas u ofrecer servicios a un bajo coste. En pocas palabras, las máquinas optimizan todo tipo de actividades.
A pesar del innegable potencial de la inteligencia artificial, algunos consideran que este nuevo paradigma no está exento de peligros y amenazas.
En el ámbito laboral, muchos puestos de trabajo pueden desaparecer por completo. Otro de los peligros está relacionado con el control de los datos.
Para algunos científicos, la irrupción de las máquinas en las actividades humanas puede provocar un proceso de deshumanización.
Alan Turing es considerado el padre de la inteligencia artificial
Este científico británico diseñó las primeras máquinas de computación inteligentes. Con su máquina «Enigma» pudo descifrar los códigos de los alemanes durante la ll Guerra Mundial.
El famoso test de Turing fue una de sus grandes aportaciones en el terreno de la inteligencia artificial.
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