Una institución es un determinado orden social que se halla establecido. Con mucha frecuencia el término se usa para referir a organismos reconocidos, formas de cooperación social o que tienen una injerencia en el grupo. No obstante, el término también puede referir a comportamientos, a determinados usos y costumbres muy arraigadas, como asimismo a leyes y normativas que reglamentan a una comunidad determinada. Todas las sociedades tienen sus instituciones, sus formas de relacionarse internamente de modo pautado. Esta circunstancia es rastreable desde la antigüedad, siendo muchas de las instituciones modernas meras formas novedosas de las antiguas; de algún modo puede decirse que ninguna sociedad puede funcionar sin instituciones.
Algunos ejemplos de instituciones que se pueden nombrar son la división de poderes, la constitución nacional, la democracia, el matrimonio, la familia etc. Cada una de estas variantes remite a formas que tienen un gran impacto en la forma en que se desenvuelve la sociedad. Estas instituciones pueden ser reformadas en alguna medida, pero el proceso suele ser lento y premeditado. Intentar socavar a una institución es de alguna manera atentar contra alguna forma de orden social.
Quizá el enfoque más interesante que se puede realizar en torno a las instituciones es el económico. Desde esta perspectiva las instituciones son de enorme importancia en lo que refiere al desenvolvimiento de una economía robusta. En efecto, la existencia de instituciones sólidas y creíbles pueden dar un marco de reglas de juego claras que favorezcan la inversión y el desarrollo; por el contrario, la volubilidad, la opacidad y el poco respeto a las instituciones pueden afectar negativamente al desarrollo de una sociedad. En este sentido, existen diversos trabajos que hacen hincapié en el hecho de que el marco institucional de calidad hace la gran diferencia entre una nación que prospera y otra que no. Aquellas sociedades con problemas suelen tener lo que se denomina instituciones extractivas, esto es, instituciones que buscan favorecer a determinados actores en detrimento de otros, creando en este sentido un contexto de ganadores y perdedores; por el contrario, las sociedades que ven una mejora continua en sus condiciones económicas tienen lo que se denomina instituciones inclusivas, esto es, reglas de juego que buscan integrar a todos.
Dado lo expuesto, es enormemente importante tener una visión crítica en el rol que las instituciones juegan. Estas no son elementos anodinos, sino que de alguna manera condicionan tanto para bien como para mal el desarrollo de una sociedad determinada.