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Definición de Instinto (Biología) tipos, y ejemplos

Tatiana Bengochea
Lic. en Ciencias Biológicas

Los instintos, en biología, se refieren a los patrones de comportamiento que, en los animales, se transmiten de una generación a otra (son heredables genéticamente), no son aprendidos, y contribuyen con el mantenimiento y reproducción de la vida de los individuos. Además, los instintos tienen la característica de ser comunes dentro de una misma especie y son reacciones inmediatas o automáticas esperables que se producen naturalmente ante un mismo estímulo.

Tipos de instinto

En los animales podemos encontrar diferentes tipos de instintos que responden a diversas necesidades biológicas y sociales. A grandes rasgos, podemos dividir a los instintos en dos grandes grupos:

– Instintos de supervivencia: Incluye todas las conductas que tienden a preservar la vida del individuo, llevándolo a buscar alimento, refugio y a evitar el peligro, a pelear o huir cuando las circunstancias lo requieren.

– Instintos de reproducción: Involucra todos aquellos comportamientos que llevan al individuo a reproducirse, lo cual contribuye con la perpetuación de las especies. Estas conductas incluyen el cortejo y apareamiento, y, en algunos casos como en las aves y los mamíferos, también involucran los cuidados parentales de las crías.

Ejemplos de conductas instintivas

Las conductas instintivas se suelen definir como conductas innatas, ya que tienen su origen en el control genético, con poca o nula influencia del entorno. Es decir, son conductas que se heredan genéticamente y no necesitan ser aprendidas y practicadas; además, son iguales o muy similares dentro de los individuos de una misma especie.

Algunos ejemplos clásicos de conductas instintivas incluyen la intención y capacidad de las arañas de tejer sus intrincadas redes, de las orugas de formar sus capullos para poder hacer la metamorfosis, o de las aves de crear su nidos de determinada manera.

También podemos mencionar los bailes de cortejo en muchas especies de aves, a través de los cuales los machos (generalmente) muestran sus atributos con el fin de llamar la atención de las hembras para poder aparearse con ellas. Otro ejemplo gráfico es el camino de las tortugas marinas recién nacidas que realizan en dirección al mar a instantes de salir de sus cascarones.

En especies de animales con grados de inteligencia mayores, muchas de las conductas que rigen en la vida son aprendidas y determinadas por el entorno, siendo el humano el más extremo de estos casos.

En muchos casos, el origen de las conductas, es decir, si son innatas o aprendidas, no está claro, o bien pueden ser fruto de un conjunto de componentes tanto genéticos como ambientales. Por esta razón, ya no pueden ser considerados como instintos propiamente dichos desde el punto de vista biológico. Por ejemplo, muchos animales que suelen convivir en comunidad nacen con la tendencia a relacionarse socialmente con otros individuos de su misma especie. Sin embargo, si son criados en aislamiento, estas conductas sociales no son desarrolladas y pueden presentar problemas para relacionarse si son expuestos a otros individuos a una edad más avanzada.

Instintos en los humanos

En los humanos, los factores psicológicos y culturales hacen que los instintos básicos funcionen de manera diferente que en el resto de los animales. De otra manera, no podría explicarse el hecho de que una persona se suicide o tenga conductas autodestructivas menos drásticas (que irían contra el instinto de supervivencia), o que simplemente no tenga el deseo de tener hijos y evite pasar por esa experiencia (en contra del instinto de reproducción).

Explicar esta particularidad de los humanos es campo de la psicología, que clasifica a los instintos humanos bajo otros parámetros (incluyendo el instinto de repulsión, de escape, de curiosidad, de sumisión, de autoafirmación, entre otros).

Sin embargo, podemos encontrar algunos comportamientos innatos en los humanos, que no necesitan ser aprendidos y se producen de manera natural. Como ejemplo podemos mencionar el reflejo de succión de los bebés, que naturalmente comienzan a mamar cuando el pezón es introducido en su boca. Este comportamiento aumenta sus probabilidades de sobrevivir ya que les permite su alimentación.

Autora

Escrito por Tatiana Bengochea para la Edición #132 de Enciclopedia Asigna, en 01/2024. Tatiana es Lic. en Ciencias Biológicas y Prof. en Biología. Graduada en la UBA, Arg.