La biología sintética es una rama científica que pretende diseñar y construir nuevos sistemas biológicos, o bien rediseñar mecanismos biológicos existentes para mejorar sus cualidades u otorgarles nuevas funciones que no existían en su naturaleza. En otras palabras, se encarga de modificar organismos de manera que tengan una mayor utilidad o realicen productos en concreto.
Las células por sí mismas son una maquinaria sofisticada capaz de producir infinidad de moléculas de alto valor comercial. Esta maquinaria celular ha fascinado en sobre manera a los científicos, quienes han pasado sus vidas investigando su funcionamiento. En el siglo XX los científicos Francis Crick, James Watson, Rosalind Franklin y Maurice Wilkins descubrieron el ADN la cual es la molécula responsable de almacenar toda la información de una célula; los investigadores se dieron cuenta que el ADN es como un instructivo al que la célula recurre cuando quiere saber cómo crear algún producto.
Al tener esta información, los científicos comenzaron a plantearse la posibilidad de modificar el ADN logrando obtener grandes avances alrededor de los 2000 dando comienzo a la biología sintética (BioS o SynBio).
Aplicaciones y ejemplos
Los científicos se imaginaron la posibilidad de modificar la maquinaria celular para convertirla en minifábricas capaces de producir fármacos, combustibles y sustancias químicas imprescindibles en la industria. Gracias a la BioS esto se ha hecho una realidad ya que permite crear tecnología para todas las áreas por lo que sus aplicaciones son diversas, como lo puedes apreciar en la siguiente tabla.
“Ejemplos de aplicaciones de la BioS” INCyTU. (2018)
La BioS, un riesgo potencial
La BioS tiene aplicaciones y productos muy interesantes y la mayoría de ellas están enfocadas en solucionar problemas ambientales o de salud. Pero, lamentablemente, a pesar de sus aplicaciones maravillosas hay quienes se preocupan por las posibles consecuencias que podría desencadenar un mal uso de esta ciencia.
Esta disciplina ha puesto en la mesa un gran tema de debate tanto ético como filosófico a nivel global, algunos científicos advierten que la BioS tiene un elevado potencial de abuso, siendo posible que personas o gobiernos con malas intenciones modifiquen bacterias y/o virus para convertirlos en potenciales armas biológicas.
Por otro lado, la BioS presenta otro posible riesgo de igual o mayor importancia que el anterior y es que al final del día los seres vivos tienden a reaccionar de maneras inesperadas al encontrarse en contacto con el medio ambiente y con otros seres vivos. Los organismos sintéticos están hechos para sobrevivir a condiciones de laboratorio o condiciones muy controladas, además de que generalmente no está diseñados para convivir con otras especies. Por lo que una liberación al medio ambiente de manera descontrolada podría causar algo que se ha denominado como “contaminación viva”, que hace referencia a la amenaza que puede significar un organismo al alcanzar y distribuirse en un ambiente ajeno, arriesgando tanto la integridad de los ecosistemas como su equilibrio.
Controles de la BioS
Ambos escenarios tienen un nivel de riesgo potencialmente alto por lo que se han creado regulaciones internacionales. Específicamente existen tres regulaciones que atañan directamente a la BioS. El protocolo de Cartagena (enfocado en la manipulación de organismos genéticamente modificados); el Protocolo de Nagoya (en lo que hace a la distribución equitativa sobre la explotación de los recursos genéticos); y la Convención sobre Armas Biológicas, a instancias de resguardar las formas que se trabajan los modelos biológicos
En México se creó en 2005 la Comisión Intersecretarial de Bioseguridad de los Organismos Genéticamente Modificados (CIBIOGEM) que se encarga de establecer políticas de seguridad respecto al uso de OGMs (Organismos genéticamente modificados). Además, existe una Ley de Bioseguridad para OGMs, la cual está basada en el Protocolo de Cartagena, que regula aspectos clave de experimentación y comercialización.
La llegada de la Biología sintética fue un gran bum científico, puesto que esta disciplina permite modificar la vida, pero con esto, desencadenó una gran controversia mediática en donde se pone en juicio el impacto y los límites de las acciones humanas sobre el planeta y otros seres vivos.
Las aplicaciones y el conocimiento de la ciencia están pensadas para curar o solucionar alguna problemática, sin embargo, “nunca sabremos con exactitud cuando una nueva tecnología podrá tener repercusiones negativas que dañen al ambiente”.
A pesar de esto, no se puede negar que bien empleada esta disciplina puede proveer de grandes veneficios tanto al planeta como a los seres humanos. La BioS ha llegado para quedarse y con ello no queda más que crearse nuevas y más especializadas leyes o regulaciones que estén al pendiente de su buen funcionamiento.
Referencias bibliográficas
• INCyTU. (2018). BioS: Biología Sintética. NOTA-INCyTU, Núm. 021• L.A. Muñoz-Miranda I. Higuera-Ciapara y col. (2019). Breve Descripción de la Biología Sintética y la Importancia de su Relación con otras Disciplinas. Revista Mexicana de Ingeniería Biomédica, Vol. 40 No. 1.
• Charles W. Schmidt. (2010). La biología sintética, las implicaciones de un nuevo campo para la salud ambiental. Environmental Health Perspectives, Vol. 118 No. 3, pp. A118-A123.
• C.M. Luna Castro; L. Pérez Zavala & J. E. Barboza Corona. (2020). Biología sintética, economía y biosensores. Ciencia, Vol. 71, pp. 80-88.
• Miguel Ángel Cevallos. (2010). Biología Sintética, la primera célula viva artificial. ¿Cómo ves?, No. 140, pp. 11-14.