El término indicadores se usa para hacer referencia a aquellos elementos que tienen por objeto el apuntar o señalar algo. Puede tratarse de un instrumento físico (por ejemplo, una señal de tráfico, la aguja de un reloj,…), pero también pueden ser datos abstractos que contienen una información que ayuda a hacer una serie de valoraciones sobre un hecho concreto o cual puede ser su evolución en el futuro.
Atributos que debe tener un buen indicador
Un indicador, por su propia naturaleza, es un instrumento diseñado para proveer información, y por lo tanto, la fiabilidad de dicha información va a estar definida por cómo de preciso sea el indicador que lo proporciona. Por ello, podemos entender que cuanto mejor sea un indicador, más precisa y fiable será la información que proporciona.
Los buenos indicadores son aquellos que comprenden el mayor número posible de los siguientes atributos o características.
– La elaboración no debe ser excesivamente compleja.
– Los datos usados para elaborar el indicador han de ser fácilmente accesibles, sin presentar ningún tipo de restricción.
– Aportan una información útil sobre el fenómeno que se quiere medir.
– Son específicos. La información que proporcionan ha de ser sobre un fenómeno concreto.
– Si utilizan fuentes de información éstas deben ser plenamente confiables.
– Son sensibles. Tienen capacidad para identificar alteraciones anómalas aún si las zonas o áreas de estudio presentan ciertos rasgos que las hacen particulares.
-Deben ser globales. Su alcance ha de ser el máximo posible, incluyendo en su construcción el mayor número de factores y condicionantes que tengan influencia en el fenómeno que pretenden estudiar.
Indicadores económicos
Si bien los indicadores son usados para prácticamente cualquier campo de estudio, lo cierto es que en los últimos años su presencia en los medios se hace más habitual cuando se refieren al ámbito económico.
Los indicadores económicos no dejan de ser sino indicadores estadísticos que sirven para estudiar la evolución de algunas variables macro y microeconómicas, reflejando tasas de crecimiento así como tendencias pasadas y futuras. Los más comunes son aquellos que hacen referencia a la tasa de empleo, a la inflación, la balanza comercial o a la producción.
Es posible dividirlo en dos grandes grupos: indicadores cuantitativos e indicadores cualitativos
Los indicadores cuantitativos reflejan medidas de cantidades como el producto interior bruto, la inversión productiva o el ahorro de las familias. Mientras que los indicadores cualitativos se basan en encuestas y entrevistas, dando una expresión numérica a la opción que tiene la gente sobre algún tema, como puede ser el grado de confianza que tienen con respecto a ciertas medidas del Gobierno.