Definición de Imperio Carolingio historia, y características

Mercedes Roch
Lic. en Historia

El Imperio carolingio, fundado en el año 800, fue un vasto centro político y militar que ocupó gran parte de la Europa Occidental. Su emperador, Carlomagno, se dio como objetivo tanto la propagación del cristianismo como el resurgimiento fortalecido de la cultura romana. El imperio terminó por disolverse en el año 843 tras la firma del Tratado de Verdún que dividió al territorio en tres grandes reinos. Si bien su duración fue breve, el Imperio carolingio modificó las relaciones sociales y la estructura política europea. Por tal motivo, es entendido como el antecedente directo del modo de producción feudal.

Historia

Luego de la caída del Imperio romano de Occidente en el año 476 d.C., el extenso territorio quedó dividido en diferentes reinos germánicos que, manteniendo sus tradiciones, incorporaron aspectos de la cultura romana. Si bien estos reinos generaron complejos sistemas políticos y sociales, la gran rivalidad entre ellos condujo a su disolución.

Para fines del siglo VIII, el único reino germánico que perduraba era el Franco. En ese contexto, su rey Carlomagno, quien había iniciado su gobierno en el año 768, se dio a la tarea de conformar un imperio que recuperara tanto la cultura romana como la religión católica. Con ese objetivo en mente, se realizaron campañas de conquista y tratados diplomáticos que permitieron la ocupación de toda Europa occidental, exceptuando la Península Ibérica, que permaneció en manos de los musulmanes, y el archipiélago británico gobernado por los anglosajones.

Para el año 800, el Papa de Roma, León III, coronó a Carlomagno como emperador dando inicio formal al Imperio Carolingio cuya capital se estableció en Aquisgrán, actual Alemania. Mediante ese acto, ambas partes se beneficiaron ya que el Imperio carolingio se aseguró la supremacía sobre los demás monarcas católicos, mientras que la Iglesia encontró en el imperio el brazo armado que le proporcionó protección.

Tras la muerte de Carlomagno en el año 814, los enfrentamientos sucesorios por el poder y las invasiones de otros pueblos debilitaron profundamente al imperio que terminó por dividirse en el Reino de Carlos el Calvo, el Reino de Lotario y el Reino de Luis el Germánico. Así, el imperio se disolvió en el año 843 tras la firma del Tratado de Verdún que oficializó la división del territorio.

Características según cada ámbito particular

Política: el extenso territorio estaba dominado por el emperador que constituía la máxima autoridad política y militar. Aunque el poder se encontraba centralizado, las tierras y sus debidas jurisdicciones estaban divididas en ducados, condados y marcas cuyos respectivos duques, condes y marqueses eran anualmente supervisados por funcionarios imperiales para evitar los abusos de poder y la corrupción. Por otro lado, el emperador contaba con un chambelán o mano derecha que tenía por función ocuparse de los asuntos palatinos y aconsejar al emperador. Asimismo, las cuestiones civiles eran abordados por las cancillerías, mientras que la legalidad quedaba en manos de los tribunales.

Sociedad: la población del imperio se encontraba dividida en dos grupos principales que se diferenciaban en sus derechos y obligaciones. Por un lado, los sectores privilegiados encarnados por el emperador, la nobleza y el clero. Por otro lado, los sectores populares conformados por los artesanos, los pequeños comerciantes, los campesinos y los esclavos.

Economía: dentro del Imperio carolingio se elaboraban tanto los productos agroganaderos como los bienes fabricados de forma artesanal. Así, el imperio no tenía necesidad de comerciar con otros territorios ya que lo producido dentro de sus fronteras le otorgaba autarquía económica.

Religión: se adoptó el cristianismo como religión oficial, a la vez que se puso gran empeño en la evangelización, ya sea por medios pacíficos o violentos. Asimismo, a cambio de apoyo, el Imperio brindaba protección armada a la Iglesia de Roma, obligaba el pago del diezmo a la población y reconocía al Papa como la máxima autoridad en materia religiosa.

Cultura: el emperador Carlomagno puso un gran empeño en la creación de escuelas con el fin de educar a los cortesanos y los funcionarios. Asimismo, se brindó atención a los monasterios en que los religiosos eran instruidos. En ambos casos se buscaba preservar y expandir la cultura clásica. Con el mismo fin se desarrolló el arte pictórico, la escultura y la arquitectura, todas ellas con la influencia del arte romano. En muchas de las obras se representaban escenas de la Biblia con el fin de difundir la religión.


Referencias bibliográficas

Halphen, L. (1992). “Carlomagno y el Imperio carolingio”, Madrid: Akal Universitaria.

Autora

Escrito por Mercedes Roch para la Edición #122 de Enciclopedia Asigna, en 03/2023. Mercedes es Profesora y Licenciada en Historia, egresada de la Universidad de Buenos Aires, Argentina. Maestranda en Estudios Culturales Latinoamericanos. Autora de Primeras (Editorial Malisia).