La sociedad muestra una estructura heterogénea porque cada ser humano es único e irrepetible. Las personas como seres individuales componen la sociedad y la llenan de una riqueza única e irrepetible. La sociedad está formada por grupos. Un grupo social está formado por personas que tienen características similares. Un grupo social también remite a esas actividades y proyectos cotidianos que realizamos en compañía de otras personas.
Por ejemplo, una persona interacciona a nivel social con compañeros de trabajo en la oficina, comparte aficiones en común con otros compañeros que tienen una inquietud similar, establece amistades de ocio, muchas personas hacen muy buenos amigos en la etapa de la universidad…
En definitiva, el ser humano interacciona con el medio que le rodea, se relaciona con los demás formando grupos que pueden ser más o menos numerosos. En todo grupo existe algo que ejerce de nexo de unión, de lo contrario, el grupo pierde su esencia. Los grupos sociales también sufren una evolución constante al igual que a nivel humano cualquier persona también experimenta una evolución notable.
Los grupos sociales también sufren una evolución porque las relaciones personales que los miembros de ese grupo establecen entre sí también se van modificando. Además, los grupos sociales también pueden aumentar su número como muestra la incorporación de un nuevo miembro a una empresa. Del mismo modo, los grupos sociales también pueden reducirse, así sucede ante la marcha de una persona o incluso, ante su muerte. La incorporación o la marcha definitiva de una persona en un grupo determinado afecta a todo el conjunto como muestra el coaching sistémico.
Las personas que forman parte de un mismo grupo social, aunque son diferentes entre sí, tienen una identidad común. Algo que ejerce de nexo de unión. Además, los grupos sociales también tienen normas interiorizadas que facilitan el orden en la convivencia común. Por otra parte, un grupo social también cuenta con objetivo similares.
Todo ser humano necesita relacionarse con los demás como muestra el hecho de que todo ser humano crece en el seno de una familia. Los grupos sociales aportan autoestima, reconocimiento, cariño, sensación de pertenencia, fuerza y motivación.
De hecho, la falta de amigos produce un enorme dolor emocional en quien se siente aislado a nivel social, sin tener un grupo con el que compartir lo bueno y lo menos bueno de la vida. Cuando una persona forma parte de un grupo social y establece una relación de verdad, su soledad se reduce. En el contexto de un grupo social, es normal que una persona establezca relaciones más profundas con unas personas que con otras.