Las transacciones económicas o pagos se pueden hacer a través de varios sistemas: el dinero tradicional, tarjetas de débito o crédito, una transferencia o un giro bancario. Se emplea una u otra modalidad en función de las necesidades de cada individuo y de las circunstancias relacionadas con cada pago.
El giro bancario (también conocido como cheque de caja) consiste en que alguien envía una cantidad de dinero a otra persona mediante un cheque emitido por un banco (el banco emisor). El cheque o giro que se emite debe cumplir con algunos requisitos: el nombre de la entidad bancaria y de la sucursal específica, la cantidad de dinero, la identidad del beneficiario y del remitente, el número de cuenta y el banco donde se enviarán los fondos y, como complemento, una serie de medidas de seguridad en el formato del documento (marcas específicas, tintas o hilos).
La finalidad del giro bancario es garantizar la seguridad en el cobro y evitar el uso de moneda física. Este sistema se utiliza normalmente para operaciones internacionales (por ejemplo, para que un padre envíe dinero a su hijo que está estudiando en un país extranjero o para que un emigrante transfiera dinero a su país de origen).
Modalidades de giro bancario
No existe una única modalidad de giro bancario. De hecho, se presentan con algunas variantes:
– El cheque internacional es aquel que se emite en la moneda local, aunque lo más habitual es en dólares. Se trata de un cheque personal y quien lo emite, el girador, es un particular.
– El giro comercial es bastante parecido al cheque convencional y quien lo emite normalmente es una entidad o empresa que envía una cantidad de dinero a un cuenta bancaria propia en otro país.
– El giro bancario cruzado consiste en que el documento emitido introduce dos rayas o líneas entre el nombre del banco destinado al cobro, para que solamente esta entidad pueda facilitar el pago a través de una cuenta corriente y nunca en efectivo.
En cualquier caso, se recomienda que los giros bancarios se soliciten previamente por escrito al banco emisor, realizar una fotocopia del documento para disponer de un comprobante y realizar algún tipo de seguimiento (por ejemplo, por fax) para facilitar su recepción por parte del beneficiario.
En la actualidad, el giro bancario se encuentra en desuso, ya que ha sido sustituida por una operación equivalente, la transferencia.