Un gato es un animal mamífero, concretamente un felino que se desarrolla en el útero materno, por lo que es un mamífero placentario.
El gato nace tras nueve semanas de gestación. En el momento del nacimiento el gatito se encuentra con los oídos y los ojos tapados, pero puede oler y sentir y al poco tiempo ya está preparado para sobrevivir (la camada suele estar formada por varios miembros que se encuentran al cuidado de la madre).
Aproximadamente a las nueve semanas el gato deja de ser amamantado, aunque todavía se relaciona con el grupo familiar. Es un animal muy vital y juguetón, algo que le sirve de entrenamiento para evitar el peligro o atrapar una presa. De manera paulatina su dieta va incorporando la comida sólida.
El gato es un animal eminentemente doméstico, aunque existen en estado salvaje. Este felino vive entre 12 y 14 años y se caracteriza por su gran agilidad (con sus uñas afiladas pueden escalar obstáculos de una altura considerable).
En la historia y en la cultura
Ya los antiguos egipcios tenían una inclinación por los gatos, pues fueron ellos los que los domesticaron por primera vez. Era un animal venerado y formaba parte de la vida cotidiana de la clase dominante y, de hecho, había funerales en su honor.
Durante la Edad Media los campesinos europeos los consideraban muy útiles para cazar ratones, unos animales que ponían en peligro las cosechas. Sin embargo, desde un punto de vista religioso, el gato fue asociado a cultos infernales y por este motivo tenía una imagen negativa. En la medicina popular los excrementos del gato se empleaban para sanar todo tipo de enfermedades y en los periodos de hambre su carne era muy apreciada.
En la India las distintas religiones han dado un valor singular a este felino. Para los budistas la actitud del gato era todo un modelo de comportamiento (sereno, independiente y que normalmente ataca en defensa propia).
Desde otro punto de vista, el gato forma parte de nuestra cultura. En este sentido, hay célebres personajes cinematográficos o de la literatura (el gato Tom, el gato con botas o el gato Garfield). En este casos, el animal se convierte en un ser semihumano, con un aspecto felino y una forma de ser como si fuera una persona.
Como animal de compañía, hay muchos ejemplos de gatos que permanecen fieles junto a sus amos. En la película El Padrino, el actor Marlon Brando aparece sentado en la oscuridad, meditando en silencio mientras acaricia pausadamente a su gato.