Se denomina función a una relación que se establece entre dos variables o elementos. Esta puede explicarse fácilmente mediante ejes cartesianos, en donde los valores de una de los elementos considerados se van relacionando con los distintos valores del otro de los elementos considerados. Dada esta circunstancia, el término función se utiliza habitualmente como un sinónimo de vinculación. Otro de los usos más habituales del término se vincula con el rol que una cosa o persona tiene en un determinado contexto. Así, por ejemplo, puede decirse que una persona cumple una determinada función en su trabajo; desde esta perspectiva se explica por ejemplo la expresión “funcionario público”.
Una función matemática se utiliza en enorme cantidad de ciencias y es un modo de simplificar enormemente una enorme cantidad de conceptos. En economía, por ejemplo es especialmente utilizada para dar cuenta de las variaciones de precio, de volumen, etc. Una de los conceptos más conspicuos de ésta, el de la interacción de la oferta y la demanda, se explica justamente como una relación entre dos variables, la cantidad y el precio. A un mayor precio habrá más oferta de un determinado bien y a la vez menor demanda; por el contrario, a menor precio, habrá menos oferta de un determinado bien y mayor demanda. Cuando la curva de la oferta y la demanda se cruzan se determina el punto en el que se establece el precio justo de las cosas, aquel que el mercado mostrará.
En cuanto a la función como un modo de integrarse en un determinado contexto social, esta circunstancia también tiene en algunos casos una arista económica. Una persona suele cumplir una función dentro de la sociedad de modo tal de que haga uso de aquellas actividades en las que se encuentra más capacitado para desarrollar. El mismo criterio puede aplicarse a los países, en donde puede evidenciarse un conjunto de actividades productivas por sobre otras. En este caso, estas actividades se han mantenido vigentes por ser el país en cuestión más eficiente en estas. Sería ineficiente que un país se intente abocar a actividades en las que está poco preparado, sucumbiría ante competencia externa. Así, en el concierto de las naciones, y hablando desde el punto de vista económico, puede evidenciarse que cada una cumple una función con respecto a las otras, dedicándose a producir aquello en lo que se encuentra mejor preparada, en lo que es más productiva. Tal circunstancia se suele referir como la ley de ventajas comparativas.