El fenómeno migratorio ha generado una gran cantidad de problemas sociales y económicos, uno de ellos es la sobresaturación de mano de obra y la disminución de esta del país de origen, delimitando la productividad de las naciones, asimismo, se toma a consideración la gente ilegal no paga impuesto afectando el ingreso gubernamental, y que aceptan trabajos mal pagados, de riesgo y sin prestación alguna. Por otro lado, ante lo positivo se debe destacar que esta fuerza de trabajo barata ayuda a aumentar la producción local donde se establecen.
A partir de esta movilidad a las economías de renombre se han creado políticas que, lejos de ser la solución al problema, se han calificado como acciones que pisotean los derechos humanos de los migrantes. En muchos casos, su huida no es por buscar fortuna, sino por escapar de la violencia extrema que existe en sus naciones.
Entre Estados Unidos y México este fenómeno ha sido una discusión de años, siempre se encuentran implementando políticas y estrategias para evitar la entrada de millones de personas que intentan llegar a la nación de las barras y las estrellas, no solo mexicanas, sino de gran parte del continente centro y sudamericano, este país es el paso para llegar hasta las fronteras e intentar cruzar de diferentes maneras legales e ilegales.
Dentro de todos los programas creados a lo largo de estas negociaciones, se destaca el contemporáneo sistema implementado por el ex presidente Donald Trump “Quédate en México” conocido en inglés como Migration Proteccion Protocols (MPP) el cual consistía en atiborrar el lado mexicano de migrantes ante la respuesta a su solicitud de asilo a dicho país, solo pudiendo pasar en el caso de audiencias, muchos de los casos son personas que fueron deportadas y ya tenían una vida estable en Estados Unidos, esperando su resolución del lado mexicano sin conocer absolutamente a nadie; durante la espera se crearon campamentos que se saturaron y donde vivían en condiciones precarias durante meses, en datos de la Secretaria de Gobernación se afirmaba que para octubre del 2019 ya existían 51,407 personas entre deportadas y que llegaban de diferentes lugares.
Imposición del programa
Quédate en México fue una imposición, el presidente Andrés Manuel López Obrador, dicho en sus propias palabras, lo aceptó por cuestiones de humanidad, aunque pudiera ser que existiera en ese entonces una presión de otro tipo. En el 2018 año, en el que fue aprobado el programa, se encontraban la re-negociación del T-MEC antes conocido como tratado de libre comercio.
Del lado mexicano se vivía -y permanece- una violencia ante la lucha por el territorio entre carteles, esto puso a los migrantes bajo la mira de estos grupos para ser explotados, violados, secuestrados y torturados en muchos de los casos. Durante lo que duró el MPP se reportaron más de 1500 denuncias por diferentes delitos, en este momento fue que el mundo y distintas organizaciones no gubernamentales en contra de la lesa humanidad, se embaucaron a la ayuda de todas estas personas y se avanzó con acciones para presionar a los gobiernos inmiscuidos para que esta política se extinguiera.
No fue hasta el año 2020 con la llegada del nuevo presidente norteamericano John Biden, que se terminó el programa, con esperanzas de buscar alternativas diferentes, el presidente de México lanzo una propuesta a su homónimo norteamericano basada en la oferta de apoyos monetarios a modo de crédito a largo plazo a estas personas para que regresarán a sus países e invertirlo en un negocio, se estas habían generado una solicitud de entrada a EUA esperaran en sus naciones mientras generaban dinero, si contaban con la aprobación tendrían que tener ciertas características en sus pagos, al menos ir al corriente en el adeudo para poder entrar al país, este programa fue atractivo por las autoridades norteamericanas pero nunca se concretó.
Un retroceso
En estos últimos meses se han vivido enfrentamientos de alta agresividad entre caravanas de migrantes de Centroamérica que pasan por México y las autoridades migratorias en conjunto con la policía de la guardia civil, muchos son arrestados y deportados, otros tantos se quedan en albergues que se han construido por el territorio del país, México se ha vuelto el lugar de retención que pudiera llegar a transformarse en zona de alta violencia sino se arregla dicha situación, el legislativo ha presionado a la Casa Blanca para acelerar la cooperación con las autoridades centroamericanas para que dichos grupos de migrantes sean detenidos desde la frontera sur de México, desde ese punto asesorar legalmente y aplicar sus solicitudes de asilo, a lo cual le respondieron que entendían las preocupaciones y que trabajarían en ello.
No fue hace unos días que se dio el anuncio de la reincorporación del programa Quédate en México por parte de las autoridades norteamericanas, esto a través de una orden judicial de reincorporación con el motivo de que el programa no fue cerrado de una manera adecuada, sin embargo, el gobierno de Estados Unidos esperaría la respuesta de México, el cual ya lo aceptó el 2 diciembre pasado causando gran polémica. Parece que en esta ocasión no existió presión alguna, pero es un problema que no puede controlar México y es probable que haya aceptado por ese motivo. Se abrirán de nueva cuenta los campamentos para tener un mayor orden con respecto a la movilidad de las personas y evitar nuevos enfrentamientos violentos.
La ONU a través de la Organización Internacional para las Migraciones y otras organizaciones se han mostrado en total desacuerdo, en especial por las cepas del Covid-19 y estos centros pudieran ser lugares de alto contagio. Ante ello, USA ha informado que todos serán vacunados. Otra preocupación es la seguridad y la dignidad de los migrantes, se vienen tiempos complicados y con el resurgimiento de este programa solo se muestra que se acaban las ideas al nuevo gobierno norteamericano, el cual ha entrado en contradicción al incorporar de nueva cuenta este programa cargado de muchas incongruencias en cuanto a los derechos humanos.