Cuando una persona o un colectivo se encuentra en una situación desfavorecida con respecto a los demás, se produce el fenómeno de la exclusión social. Excluir a alguien implica su no aceptación por algún motivo.
La exclusión social de un colectivo conlleva su falta de participación en el conjunto de actividades propias de una sociedad.
Una perspectiva histórica
La idea de exclusión ha ido cambiando a lo largo de la historia. De hecho, en otras épocas han sido excluidas las mujeres acusadas de brujería, los herejes, algunas tribus indígenas o las personas con discapacidad.
En la actualidad en la mayoría de países las personas homosexuales han dejado de estar perseguidas por su condición sexual, pero hasta hace pocos años este colectivo ha padecido la marginalidad y todo tipo de vejaciones. Incluso en la actualidad hay países en los que la homosexualidad está asociada a la exclusión.
La raza gitana proviene originariamente de la India y se extendió por Europa a partir del siglo XlV y es un claro ejemplo histórico de estigmatización de una minoría étnica.
Se puede afirmar con rotundidad que el colectivo de mujeres ha sido el protagonista de la exclusión social. Durante siglos el rol de la mujer estaba limitado a su papel como madre y esposa y su plena integración en la sociedad era algo excepcional.
Colectivos en riesgo de exclusión social
Las personas con algún tipo de discapacidad no siempre pueden integrarse en una vida normalizada, ya que tienen dificultades para encontrar trabajo, para desplazarse y para intervenir en actividades lúdicas o culturales.
Las mujeres víctimas de la violencia de género viven unas circunstancias personales que provocan una evidente exclusión social (la violencia que padecen tiene consecuencias en su vida privada, en el trabajo y en todos los ámbitos de su vida).
Los inmigrantes tienen igualmente un perfil que les coloca en una posición de desigualdad con respecto al resto de la población (en la mayoría de casos no tienen los mismos derechos ni las mismas oportunidades).
Ciertos colectivos viven en una situación ambigua, ya que pueden estar integrados parcialmente (por ejemplo, las mujeres que se dedican a la prostitución o algunas minorías étnicas).
Situaciones de exclusión social que pueden llegar a cronificarse
Hay que diferenciar el concepto de riesgo de exclusión y el de exclusión crónica. En el primer caso, se trata de una situación que puede ser temporal o circunstancial (por ejemplo, una mujer víctima de violencia de género que supere su situación personal y que finalmente solucione su problema). En ocasiones la exclusión social se cronifica y se convierte en un problema de difícil solución (los niños de la calle, las personas sin hogar o las víctimas de la esclavitud sexual).