Una de las formas en las que el miedo, el dolor o el terror se puede hacer presente más fácil en el cuerpo es cuando hablamos del estupor. Esta sensación que aquí describiremos puede analizarse tanto desde un punto de vista médico como también desde un punto de vista emocional y mental.
Entendiendo la etimología de la palabra: miedo y paralización
Para comenzar a entender de qué hablamos cuando hacemos referencia al estupor como sentimiento es interesante y útil prestar atención al origen etimológico de la palabra estupor. Estupor proviene del término latino stuporis que significa pasmosidad, aturdimiento, entumecimiento. Así, el estupor es el momento en el que una persona, generalmente a partir del miedo o del terror más profundo se queda paralizada y no puede reaccionar o encuentra sus funciones mentales disminuidas por la adrenalina y el enorme poder del miedo.
El término en el mundo científico y médico
A pesar de que la palabra estupor se utiliza en el lenguaje cotidiano, debemos señalar aquí que la misma existe en el mundo de la ciencia y la medicina. Es cuando se busca designar al fenómeno mediante el cual una persona (coincidiendo con el significado etimológico) se encuentra paralizada en sus movimientos y sólo responde a estímulos que generan reacciones a partir del dolor. El estupor entonces es un estado no natural en el cual el individuo sufre un nivel de parálisis que no le permite moverse pero que demuestra su vida a partir de la reacción al dolor (por ejemplo si se le pasa una aguja por la planta de los pies).
¿Qué quiere decir estupor en el lenguaje cotidiano?
Más allá de la acepción médica y del mundo de la medicina, el término estupor también se utiliza diariamente y sirve para hacer referencia al acto mediante el cual una persona se queda paralizada temporalmente por el miedo ante algo que podría resultar en un peligro. El estupor por ejemplo se puede hacer presente si uno se enfrenta a un animal salvaje, ante una posible agresión o ante situaciones catastróficas o de dolor que no le permiten a uno responder racionalmente, sino que el cuerpo se ve absorbido por sensaciones tales como terror, miedo, desesperación contenida, incertidumbre, no saber qué hacer, etc. Muchas veces esto contribuye al peligro ya que significa que la persona no busca defenderse o evitar el peligro, sino que a través de la parálisis permanece endurecida o entumecida frente al mismo.
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