En la mayoría de las constituciones de los países se hace referencia al estado afirmando que es una entidad jurídica y que, además, tiene un componente social. La idea general de estado social se fundamenta en los mecanismos de solidaridad que las instituciones deben promover entre los ciudadanos de un territorio.
Un estado es social cuando pone en marcha toda una serie estructuras, servicios e instituciones con el objetivo de garantizar unas prestaciones esenciales al conjunto de los ciudadanos. El estado social es un sistema que permite ofrecer unas garantías básicas en relación con unas necesidades. En líneas generales, los servicios que los estados sociales garantizan son los siguientes: un sistema público de salud, de enseñanza, de pensiones, de ayudas a las personas con algún tipo de discapacidad o de becas. Estos son algunos de los ejemplos más comunes que todo estado social gestiona.
La finalidad de los diversos sistemas de protección social promovidos por el estado es la de promover una mejor distribución de la riqueza, la equidad entre los ciudadanos y la igualdad de oportunidades. Se podría decir que el estado social es una idea global que intenta corregir las desigualdades que pueda haber en una nación y para que esto sea efectivo se ponen en marcha toda una serie de mecanismos o sistemas (de salud, educativos u otros).
Un término similar al de estado social es el de estado de bienestar. Son equivalentes en gran medida. El conjunto de prestaciones públicas proporcionadas por el estado es una idea que surgió en el siglo XlX en el antiguo estado prusiano (una parte de la actual Alemania). Este modelo surgió en contraposición con el liberalismo, que hace hincapié en la libertad del individuo sobre el estado.
Según la filosofía política basada en el estado social, la libertad individual de los individuos solo puede ser efectiva si el estado garantiza unos niveles básicos de igualdad y tales garantías serán reales si hay un modelo organizativo del estado que lo permita. Así, la asistencia sanitaria universal, la educación para todos o el sistema de pensiones públicas son ejemplos del criterio general que debe regir a una sociedad para que sea lo menos desigual posible.
Uno de los recientes debates políticos relacionados con el estado social es su elevado coste y el peligro de su sostenibilidad en el futuro. Los partidarios de mantenerlo creen que es una garantía de justicia social y sus detractores (liberales y neoliberales) consideran que el estado no debe entrometerse en la vida de los individuos, quienes deben elegir con libertad cuáles son sus prioridades.