Los Estados Modernos, surgidos entre los siglos XV y XVI en Europa, fueron aquellos que rompieron con el orden político feudal e instauraron un poder centralizado sobre un mismo territorio bajo la figura del monarca. La nueva organización política implicó la administración del Estado en diversas instituciones, el despliegue de una gran burocracia especializada, la uniformización de las leyes, y la creación de ejércitos permanentes, entre otras. Por contar con estas características, los Estados Modernos son reconocidos como el antecedente directo de los Estados nacionales actuales.
Historia del Estado Moderno
El período en el que se origina la concepción del Estado Moderno, las monarquías europeas utilizaron en su favor la crisis del orden feudal para concentrar el poder. Ello implicó una gran cantidad de modificaciones en lo que respecta a la organización del Estado, la administración del gobierno y el ejercicio del poder político. En este sentido, y a diferencia de los señoríos feudales, el Estado pasó a estar centralizado y adquirió una estructura sólida, a la vez que obtuvo reconocimiento político tanto interno como externo.
Es de destacar que la reforma protestante tuvo un rol fundamental en el surgimiento y desarrollo del Estado Moderno debido a que favoreció la fragmentación del poder de la Iglesia Católica, permitiendo así la proliferación de diversos núcleos de poder monárquicos. En este contexto, y teniendo en cuenta que el Estado Moderno buscaba legitimarse mediante fundamentos legales, se estableció que el monarca gobernaba por derecho divino, es decir que su autoridad provenía directamente de Dios. Ello permitió ganar el apoyo tanto de las elites como de los sectores populares.
Por otro lado, es importante tener en cuenta que la organización del Estado Moderno, en un principio contó con el apoyo de las burguesías incipientes que se oponían al poder señorial ya que el mismo imponía relaciones de vasallaje y su lógica económica era contraproducente para el desarrollo del mercantilismo.
A pesar de los cambios mencionados, es importante no exagerar el alcance de las estructuras gubernamentales del Estado Moderno ya que la aristocracia feudal, aunque en menor medida, continuó conservando su poder sobre las masas.
Características
El Estado Moderno se diferenció de otros tipos de Estados por sus características particulares. En primer lugar, el mismo se caracterizó por la unificación de un gran territorio bajo las mismas leyes y el mismo sistema impositivo, lo cual fue posible gracias a la centralización del poder soberano.
En cuanto a las leyes, las mismas se basaron en el derecho romano y el sistema legal propició que fueran aplicadas de forma uniforme sobre todo el territorio y la población. Respecto de la unidad económica, se creó un sistema de impuestos, tanto internos como externos, cuyas recaudaciones se utilizaron para sostener la burocracia, las instituciones y el ejército.
Esto fue así porque la centralización del poder implicó el despliegue de una burocracia compuesta por personal especializado en las tareas de administración del Estado que fue altamente jerarquizada. Asimismo, el poder pasó a estar dividido en instituciones dirigidas por funcionarios instruidos en el cargo que ocupaban.
Otra característica a destacar del Estado Moderno fue su aspiración a la monopolización de la coerción sobre su territorio y población. Para lograrlo, se creó un ejército profesional y permanente que estaba destinado no solo a resolver los conflictos externos, sino también los internos. Ello implicó también el desarrollo de un sistema diplomático para tratar y negociar con el resto de los Estados Modernos.
Finalmente, respecto de la forma de gobierno que adquirieron los Estados Modernos, destacaron las monarquías absolutistas y las monarquías parlamentarias.
Ejemplos
Un ejemplo fue el Estado representado por los Reyes Católicos de España. A partir de su gobierno, comenzó a tomar forma la centralización del poder tras la unión de Aragón y Castilla. Asimismo, en su reinado se asistió a una política exterior uniforme. De hecho, fue en este período que inició la expansión territorial de España por sobre el continente americano.
Otro ejemplo que se puede mencionar, es el de la dinastía Borbón en Francia, fundamentalmente durante el reinado de Luis XI, monarca que dedicó todo su reinado (1461-1483) a centralizar el poder en detrimento de la nobleza y la iglesia. Ello le valió el enfrentamiento de la aristocracia que conformó la Liga del Bien Público para oponerse al monarca sin éxito ya que Luis XI logró su sometimiento al poder central.