Se denomina ensayo al texto escrito, en general por un solo autor, en el cual se exponen de manera argumentativa, el punto de vista, opiniones o posiciones del escritor ante un tema determinado.
El ensayo es frecuentemente utilizado en ámbitos académicos, aunque de los denominados “textos académicos” es el género que más libertad otorga al autor, puesto que no tiene como requisitos algunas formalidades que sí tienen otros tipos de textos utilizado en el ámbito académicos, como las monografías o tesis de investigación.
En el ensayo, el autor –decíamos- expone de manera libre sus argumentos que respaldan una posición personal ante un determinado tema. Por eso, el ensayo puede incluir o no citas bibliográficas, se pueden citar trabajos académicos, artículos periodísticos, otros ensayos, incluir frases o refranes, ofrecer ejemplos, exponer propuestas, incluir planificaciones o pasos a seguir en un proyecto, contar anécdotas, experiencias o vivencias, etc.
El género de ensayo puede ser tanto de carácter académico como así también literario, por lo cual es en esta característica donde radica de manera más notable su esencia de “género libre”.
Los ensayos, a diferencias de textos académicos como las tesis de investigación o monografías, no requieren de seguir un método científico de investigación para ser realizados, pero sí de una gran habilidad de expresión y argumentación por parte de su autor.
En general, el ensayo consta de tres partes en su estructura. La primera, es la de presentación del tema, contextualización y exposición de una hipótesis (una suposición planteada por el autor acerca de determinado tema o problema) o posición personal acerca del tema central. En la segunda parte, llamada comúnmente desarrollo, el autor expone argumentos a través de distintos recursos para sostener su hipótesis o posición personal presentada al principio. Estos recursos pueden ser: comparaciones, ejemplos, datos, estadísticas, citas bibliográficas, etc.
Por último, en su conclusión, el autor intentará reforzar su hipótesis o posición emitida al comienzo del escrito. Como vemos, toda la estructura del ensayo se apoya entonces en la argumentación alrededor de una posición personal sostenida por el autor. La clave está en la habilidad de exposición del autor para presentar sus argumentos reforzando así todo el tiempo –o al menos el que dura la lectura– su posición, sin caer en la redundancia y en la repetición.
La extensión de los ensayos es indeterminada: puede escribirse un ensayo de sólo dos páginas, o por el contrario, existen ensayos de cientos de páginas, que pueden dar origen a un libro, como por ejemplo, el célebre “La Resistencia”, del escritor argentino Ernesto Sábato.