La biología es una ciencia general que estudia la diversidad de seres vivos de nuestro planeta. Tiene varias ramificaciones y una de ellas es el estudio de los ecología que, a su vez, incorpora el análisis de los ecosistemas.
Un ecosistema está formado por el conjunto de seres vivos en un hábitat determinado ( flora,fauna y microorganismos ), siendo estos elementos los llamados de tipo biótico. Al mismo tiempo, en un ecosistema hay elementos que no están vivos y que inciden en la interacción de los animales y plantas y reciben el nombre de elementos abióticos ( la luz, el viento o la lluvia ).
Los ecosistemas terrestres son los que se refieren a la vida de flora y fauna en el suelo o en el subsuelo de la corteza terrestre ( también se incorpora el aire como parte integrante del mismo ). Paralelamente, hay factores que afectan a estos ecosistemas: la temperatura, la altitud, la humedad y la latitud.
La característica principal de cualquier ecosistema terrestre consiste en la adaptación de los vegetales y animales al tipo específico de ecosistema en el que habitan. Esto se debe al principio de la evolución biológica descrito por Charles Darwin. Según este principio, los seres vivos se desarrollan de tal manera que van adaptándose al medio que les rodea.
En el conjunto del planeta hay una amplia variedad de ecosistemas terrestres: el desierto, el bosque húmedo, la sabana, la pradera o la tundra. En cada uno de ellos los elementos abióticos determinan el tipo de animales y plantas ( su forma, tamaño y características ).
Los ecosistemas terrestres tienen otro elemento que interviene en su equilibrio y desarrollo: el factor humano. El hombre interactúa con los ecosistemas terrestres a partir de acciones muy diversas: la actividad agrícola y ganadera, la industria, el transporte y el consumo energético. Estas actividades también forman parte de los ecosistemas de tipo terrestres y los ecólogos son quienes estudian la relación entre el ser humano y los diversos ecosistemas del planeta.
En las últimas décadas se han puesto en marcha todo tipo de campañas para intentar conservar la diversidad de ecosistemas. La motivación general de este conjunto de acciones es sencilla: hacer compatible el desarrollo humano y la preservación de los distintos ecosistemas. Si bien la idea es sencilla, no lo es tanto ponerla en práctica, ya que la economía y la ecología no siempre tienen intereses compartidos.