Se denomina derecho comercial a aquellas normas jurídicas y su implementación que refieren a las transacciones de bienes y servicios. El derecho comercial intenta arbitrar ante contiendas entre particulares que tienen consecuencias económicas. Este es una rama del derecho privado y tiene como objeto aun a aquellas transacciones realizadas entre personas que carecen de un estatus de comerciantes. Dada la capacidad de mutar de las relaciones comerciales, este tipo de derecho debe también cambiar para dar cuenta de las nuevas circunstancias que se experimentan en el mundo.
El mercado existe desde los albores de la humanidad y por ende también existen las disputas asociadas a las actividades comerciales. El derecho comercial es una respuesta de la sociedad a los inconvenientes que pueden suscitarse en el ámbito del comercio. Dada esta circunstancia, el derecho comercial garantiza en buena medida que el comercio se efectué con cierta seguridad. Esto es de mucha más importancia de lo que puede parecer a simple vista, y es uno de los aspectos de lo que comúnmente se denomina como seguridad jurídica. Así, una sociedad en donde el derecho comercial esté fuertemente desarrollado y se aplique con efectividad y sin dilaciones, es una sociedad en donde se crearán las condiciones de confianza que se requieren para garantizar inversiones y el fluir de la actividad mercantil. En efecto, cualquier inversor verá con buenos ojos el hecho de poder tener una defensa de su patrimonio y capital si existiese algún tipo de circunstancia injusta que lo pusiese en peligro.
Dado lo expuesto, es fácil comprender la relevancia que el derecho comercial tiene en el desarrollo económico de una región. Otro punto de vista a considerar es la capacidad que el derecho comercial tiene de adaptarse a las distintas circunstancias que el mercado va generando. En efecto, la sociedad está continuamente expuesta a reformas en su estructura, y desde el punto de vista de la actividad comercial, estas son de gran profundidad. Así, los distintos agentes económicos que intentan alcanzar un mayor grado de rentabilidad van continuamente generando nuevas formas de producir, nuevas formas de combinar los factores productivos, nuevas posibilidades. Todo este tipo de cambios conlleva inevitablemente nuevas fuentes de conflicto que deben ser registradas y tratadas en conformidad. Así, se van generando nuevas leyes y nueva jurisprudencia que intentan dar una respuesta a las nuevas problemáticas que el mercado va generando, respuestas que en muchas ocasiones distan de ser perfectas pero que suponen un cierto avance.