El concepto Década Infame se refiere al momento de la historia argentina comprendido entre 1930 y 1946, implicando una regresión frente a la democracia representativa que gobernaba desde 1816, en favor de un fuerte desarrollo del pensamiento derechista. Su nombre responde a las características del período, dominado principalmente por el fraude, la persecución política, la tortura y la corrupción.
Es de destacar que la Década Infame comenzó con la caída de Yrigoyen, el primer líder popular democrático, y terminó con el surgimiento de un nuevo liderazgo impulsado por las masas: Perón. Así, en el interregno 1930-1943, la derecha buscó construir a un líder propio con apoyo popular que impusiera su programa, tal como sucedía en Europa. No obstante, fracasó en su objetivo y, en cambio, fue dominada por una tendencia a la división y los enfrentamientos internos.
Factores políticos
El 6 de septiembre de 1930, un grupo constituido por la vieja derecha conservadora y los nuevos nacionalistas lucharon conjuntamente y derrocaron mediante un golpe de estado a Hipólito Yrigoyen, presidente radical. Así se inauguró en Argentina la práctica de las fuerzas armadas de tomar el gobierno mediante la violencia.
Debido a que se trataba de una coalición de fuerzas, dentro de la derecha se enfrentaban dos posturas diferentes. Por un lado, el grupo liderado por José Félix Uriburu tenía como objetivo poner fin al Parlamento e instaurar una dictadura. En contraposición, la postura defendida por Agustín P. Justo y sus seguidores era la deponer a Yrigoyen e instalar un gobierno militar de transición que permitiera luego un retorno al sistema republicano, aunque conservando la reputación del Ejército como guardián de la política.
Una vez ocurrido el golpe, Uriburu quedó al mando del poder y publicó un manifiesto en el que expresó su deseo de realizar cambios significativos en el sistema político, especialmente para terminar con el voto secreto instaurado en 1912. Asimismo, impuso la ley marcial, la pena de muerte, el estado de sitio, y anuló el Parlamento.
Sin embargo, frente a la presión ejercida por el grupo liderado por Justo, se realizaron elecciones legislativas el 5 de abril de 1931 en la provincia de Buenos Aires. Si bien se había estimado que triunfaría la derecha, los radicales obtuvieron la victoria. En respuesta al apoyo popular en favor de la UCR, desde ese momento se conformó la Concordancia, una agrupación de derecha que se mantuvo en el poder hasta 1943 mediante el fraude electoral y cuyos presidentes fueron, en orden cronológico, Agustín P. Justo, Roberto Marcelino Ortiz y Ramón S. Castillo.
Las tensiones entre conservadores y nacionalistas, manifestadas desde un principio, fueron una constante durante la Década Infame. Asimismo, la violencia de los años 30 favoreció el crecimiento de organizaciones derechistas que abarcaron desde tendencias conservadoras moderadas hasta agrupaciones fascistas. Finalmente, los gobiernos de la Década Infame terminaron, nuevamente, por obra de un golpe de estado.
Factores económicos
El año 1929 fue clave para la economía mundial, ya que ese fue el año en que cayó la Bolsa de Wall Street. Producto de la crisis global que desencadenó, las potencias se apegaron al proteccionismo económico y descendió la demanda de carne, principal producto de exportación argentina. A esto se sumó que Gran Bretaña, socio comercial histórico del país, tomó medidas para proteger el mercado de carnes de la Commonwealth, estableciendo que solo compraría productos ganaderos a los países miembros de la misma.
Para salvaguardar la caída de las exportaciones de carne, durante el gobierno de Justo se firmó el Pacto Roca-Runciman. Mediante dicho convenio, Inglaterra se comprometía a continuar comprando carnes argentinas siempre que su precio fuera menor al de los demás proveedores mundiales y que el 85% de los frigoríficos exportadores fueran extranjeros. Además, Argentina levantó las barreras arancelarias a productos ingleses. Claramente, este pacto implicó consecuencias económicas desfavorables para la Argentina.
Paralelamente, durante la década del 30 comenzó a gestarse lentamente una industrialización por sustitución de importaciones como respuesta a la escasez de productos de importación. Se trató de una industrialización que tuvo escasa intervención directa del Estado pero, de todos modos, favoreció el crecimiento de productos manufacturados. Asimismo, ello trajo como consecuencia un mayor desarrollo de la clase obrera que tuvo que soportar la dureza de las condiciones de trabajo y la persecución política de los disidentes, propios de la Década Infame.
Referencias bibliográficas
Devoto, Fernando J. Nacionalismo, fascismo y tradicionalismo en la Argentina moderna. Una historia. Buenos Aires, Siglo Veintiuno Editores, 2002Dolkart, Ronald H. “La derecha durante la década infame”, en David Rock et al.. La derecha
Argentina. Nacionalistas, neoliberales, militares y clericales, Buenos Aires, Ediciones B, 2001.