En el análisis histórico de cómo se van dando las transformaciones humanas, los especialistas han diferenciado tres tipos de tiempos o períodos temporales en los cuales pueden organizarse los procesos sociales, económicos, políticos y culturales. Uno de ellos es la coyuntura, el espacio intermedio entre los tiempos eventuales de todos los días y los de mayor duración.
Una creación de Fernand Braudel para entender la historia
A principios del siglo XX surgió en Francia una escuela de historiadores que quisieron romper con el academicismo histórico reinante hasta el momento que solía entender a la historia como una acumulación de datos y eventos, algo así como una efeméride. Esta escuela se conoció como los Annales de Francia y entre los más significativos representantes debemos mencionar a Fernand Braudel.
Fernand Braudel ocupó un rol central entre este nuevo estilo de historiografía ya que planteó la necesidad de entender la historia como un proceso de larga duración que no podía ser reducida a una simple enumeración de datos. Así, definió tres tiempos: el tiempo estructural, tal vez el menos visible de todos y que solía corresponder a las mentalidades; el tiempo coyuntural, el de los cambios de mediano y largo plazo; y el tiempo eventual que se caracterizó por la atención a los eventos y acontecimientos.
La importancia de prestar atención a la coyuntura
De acuerdo a la definición propuesta por Braudel, la coyuntura vendría a ser algo así como el transcurso del tiempo en un período relativamente extenso de tiempo. De este modo, un evento como por ejemplo una medida tomada por un presidente no correspondería por sí sola a una coyuntura sino más bien al tiempo eventual. Sin embargo, esa medida, entendida junto a otras medidas y a otras situaciones de la misma época, es decir, junto al contexto en el que ocurre y tiene lugar formaría claramente la coyuntura.
Según esta idea, la coyuntura nos permite comprender de manera mucho más acabada por qué sucede lo que sucede en la historia y esto es así ya que ningún hecho está aislado de su entorno ni del contexto en el que surge. La coyuntura, a su vez, nos habla de procesos que pueden durar décadas y que significan la adquisición de pautas de comportamiento muy definidas.
La complejidad de la posmodernidad
Si hay algo que puede ser útil a la hora de definir la coyuntura actual en la que vivimos es justamente la no definición. Esto se debe a que en la actualidad no podemos encontrar rasgos completamente excluyentes y nuestra realidad o el contexto en el que vivimos se compone de un sinfín de aportes, identidades, interpretaciones y formas de ver lo que nos rodea que deben ser tomadas en cuenta y respetadas de igual modo.
Imagen: Fotolia. Monkey Business