Deriva de la palabra latina consensus y refiere a un acuerdo al que llega un grupo de personas o comunidad, implicando el consentimiento de sus miembros para llevar a cabo una acción o imponer determinadas reglas.
De acuerdo a Sani, este acuerdo se sostiene sobre valores, creencias, tradiciones o principios específicos y fundamentales de una sociedad, mismos que permiten la existencia de ciertos objetivos en común, así como la perspectiva conjunta sobre el cómo han de ser logrados.
El autor indica que, para que exista un consenso, es necesario que algunos rasgos socioculturales sean compartidos y ampliamente difundidos, lo cual determina el grado de suscripción o adherencia hacia una decisión tomada. Sin embargo, las sociedades o comunidades, por más pequeñas u homogéneas que sean, siempre tienen un grado de diferenciación entre los individuos que las conforman, por lo que es prácticamente imposible que exista un censo absoluto en todas las cuestiones o principios que se abordan. Por todo lo anterior, el autor señala que es más viable hablar de grados de consenso que de una ausencia del mismo.
Por otro lado, Sani señala que, dada las diferencias intrínsecas a los individuos, es más factible llegar a un consenso en puntos generales que en asuntos específicos. Lo anterior es llamado por el autor consenso relativo e involucra el grado de acuerdo al que se llegue sobre los lineamientos generales, aunque también sobre instrumentos o fines más específicos en los que se basa la estructura normativa de una sociedad.
Consenso en sociedades democráticas y en sociedades autoritarias
Sani hace una diferenciación entre las formas de expresar el consenso en las sociedades democráticas en contraste con las sociedades de tintes más autoritarios. En las primeras, como consecuencia de la garantía del derecho a la libre expresión y a la manifestación de opiniones, el consenso puede diluirse en lo aparente debido a los diferentes puntos de vista que pueden ser expresados sobre alguna situación en particular y que se socializan a través de los medios de comunicación. No obstante, es posible afirmar que el consenso en este tipo de sociedades es casi generalizado en cuanto a los principios fundamentales establecidos en las constituciones y en el resto de las normas legales que las rigen.
Lo contrario ocurre en los regímenes autoritarios, en los que la libertad de expresión no está protegida o autorizada. Dado que el aparato estatal se extiende a cada uno de los ámbitos de la vida cotidiana, los individuos de estas sociedades tienden a reprimir sus comentarios y a mantener sus discusiones y puntos de vista sobre determinados asuntos en el plano de lo privado, siendo muchas veces forzados por los mecanismos coercitivos del régimen a mantener en secreto cualquier postura crítica o contraria al sistema. De esta forma da la impresión de que el consenso en gobiernos con tendencia autoritaria es más amplio y casi absoluto.
Factores que influyen en el grado de consenso
Siguiendo a Sani, son varios los elementos que pueden afectar el nivel de consenso en las sociedades. Un primer punto es el relativo a la homogeneidad de un grupo. Esto significa que entre más diferencias existan entre las características sociodemográficas de una población, más complicado será llegar a acuerdos debido a la gran variedad de formas de habitar y percibir el mundo.
Otro factor que incide es la sucesión política, ya que puede suponer (sobre todo en democracias poco desarrolladas) cambios dramáticos en las ideologías del régimen. Cada candidato que logre el triunfo, intentará establecer nuevas formas de actuar y su propia corriente de pensamiento. En este caso, Sani nos dice que los miembros del grupo no solo experimentan diversas formas de vivir, sino que también presencian la aplicación de distintos enfoques políticos que resultan contradictorios.
En línea con lo anterior, el autor sugiere que la presencia de ideologías rígidas genera intolerancia hacia otras formas de ver el mundo y experimentarlo. Esto provoca que haya menos interés de negociación y de incorporar otras perspectivas para la consecución de fines comunes.
La socialización de los cambios también puede ser un obstáculo que impida que se logre un consenso. En este punto, el autor señala que con la transmisión de los cambios políticos también se transmite una cultura política fragmentaria, por lo que es más probable que se mantengan orientaciones diversas hacia la solución de problemáticas sociales y, en consecuencia, se obstaculiza la obtención de acuerdos en cuanto a las soluciones viables.
Otro punto importante se debe a los cambios o disrupciones sociales, como es el caso de las nuevas tecnologías. Este tipo de eventos deriva en nuevas condiciones de vida a las que se someten los grupos sociales, lo cual puede provocar cierta fragmentación en cuanto a las perspectivas individuales.
Sani señala que una falta de consenso es una amenaza para la cohesión social ya que tiene implicaciones en la solidaridad grupal, pues las acciones se basan en la coerción y no en la negociación, y esto mismo puede llegar a provocar ciertos actos de violencia.