En latín computatio, computatiōnis, vinculado al verbo computar, en el latín computāre, la computación a nivel científico empieza en una instancia previa a la práctica del PC como tal, desde lo hipotético y teórico, exponiendo como ejemplo moderno, el camino trazado por la inteligencia artificial, desde la conceptualización, modelado, programación y puesta a prueba constante en pos de la creación, así como de la detección de anomalías o errores al respecto de los objetivos.
Así, se construyen las raíces que posibilitan crear soluciones operativas a nivel de desarrollo de equipamientos y aplicaciones para estar a disposición de los usuarios. Un lápiz y un papel es suficiente para computar, por eso, la computación es totalmente independiente del PC tradicional con el que uno la asocia naturalmente, pero al mismo tiempo, no existiría PC sin la computación.
En calidad de sinónimo de informática (y viceversa), valora y amplía la capacidad de los equipos tecnológicos y digitales, sobre los procesos y el funcionamiento de los componentes-periféricos asociados. No obstante, informática tiene una concepción en torno a la automatización de datos, con raíces en el francés informatique, combinando precisamente información y automático; en cambio, la esencia de la computación radica en la acción de las operaciones matemáticas.
Típicamente se generaliza la palabra para abarcar el inmenso abanico de productos y servicios, incluso a nivel educacional, antiguamente entre los estudiantes se remitía a clases de computación, incluso a instancias de algún programa específico como Word o Excel, o al objetivo de aprender a usar el PC, cuando en realidad la computación no es la responsable por entender estos instrumentos, sino de darles origen.
La primera computadora que se podía programar y trabajar con cierta autonomía, fue el Z3 de Konrad Zuse, en un terreno en el que las referencias estaban direccionadas hacia la Harvard Mark I. Fue todo un logro en su momento, aunque por su tamaño y peso no era muy viable. Ocupaba una habitación y pesaba algo más de una tonelada. Su velocidad de procesamiento era pequeña, ya que para hacer una simple multiplicación tardaba 3 segundos, pero fue la base de todos los equipos que vinieron después.
Según algunos expertos, la computación en general ya existía hace más de 300 años, al intentar crear máquinas y artilugios destinados a realizar cálculos, como si de ordenadores primitivos o calculadoras se tratara. A nivel histórico tenemos a Wilhelm Schickard que en 1623 inventó y construyó la primera calculadora mecánica, con la que se podía realizar cuentas muy sencillas y básicas.
La computación avanza a pasos agigantados
En la práctica cotidiana, la tarea de dar órdenes o información a una máquina y que esta sin problema alguno pueda procesar dicha petición, requiere de sistemas muy complejos que deben transformar lo que nosotros queremos a un sistema binario, que es con el que funcionan los ordenadores.
Existen diversos sistemas actualmente, como el sistema decimal que es con el que nos regimos nosotros día a día, pero los equipos informáticos usan otro mucho más simple, que es el código binario, que consta de solo dos dígitos: 0 y 1. Con algo tan sencillo podemos ejecutar infinitas operaciones y es muy fácil de usar, porque cogiendo cualquier número y dividiéndolo sucesivamente entre 2, nos dará una serie de 0 y 1.
Algo parecido, pero mucho más rápido y efectivo, lo hacen las computadoras. De esta manera pasan lo que nosotros vemos en la pantalla del ordenador a ese código binario, usando para ello lenguajes de programación, consiguiendo así listas ordenadas de datos que cualquier equipo puede entender. Además, con la creación de internet, se consiguió un gran avance en la computación. En 1969 se consiguió la primera conexión entre varias computadoras, conocido como el proyecto Arpanet, haciendo que los equipos de tres universidades situadas en California y Utah trabajaran entre sí a través de red telefónica conmutada. Desde entonces la informática o computación ha avanzado mucho, creando equipos cada vez más rápidos, fiables y efectivos.