En la escritura, especialmente aquella que pertenece al mundo académico, existen numerosas pautas de estilo y de referencia que sirven para ordenar un texto y hacerlo más legible, al mismo tiempo que permiten tomar o retomar elementos que ya han sido escritos por otros y que pueden ser interesantes, útiles o importantes para lo que se trata de elaborar. Uno de los elementos que permite lograr esto último es la cita textual, una herramienta central en la elaboración de textos escritos de cierto nivel académico.
Identificación de la de cita y su utilidad
Para entender una cita, es necesario que pensemos que sobre muchos temas tanto científicos como sociales, culturales, etc. existe hoy en día una extensa bibliografía de autores que ya han escrito o investigado al respecto. Es por eso que a medida que la producción escrita avanza, es necesario elaborar herramientas que nos permitan tomar parte de esos aportes siempre acreditando los autores o realizadores.
Así es que nace la cita textual, un elemento que tiene como principal utilidad presentar las ideas de alguien que ya ha escrito sobre un tema particular, tanto sea para reafirmar o corregir lo escrito y centrar en esas palabras una nueva producción escrita. La cita textual, tal como lo dice su nombre, debe ser exacta y no se puede prestar a reescrituras ya que en ese caso dejaría de ser tal.
Cómo armar una cita textual
Existen varias formas o formatos de presentar una cita textual. La más tradicional es aquella que indica que aquello que se cite debe ser diagramado entre comillas y de manera exacta, de modo que el lector sepa que aquello pertenece a la escritura o testimonio de otra persona distinta a la que escribe.
A veces las citas textuales se incluyen en el mismo párrafo que el resto del texto y otras veces se diagrama de manera separada, espaciada y centrada con el fin de hacerla destacar.
Es de vital importancia para que una cita sea correcta que el autor que utilice esta herramienta señale adecuadamente de dónde fue obtenida la misma. Así, la cita textual debe contar con referencia del autor, el título del libro o material de donde se obtuvo y otros datos que hacen a que el lector pueda ubicar fácilmente la información si así lo desea (editorial, año y lugar de impresión, etc.).
La referencia de las citas textuales pueden ubicarse a pie de página o en conjunto al final del texto completo, lo cual tiene que ver más que nada con una decisión de estilo.
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