Se denomina balanza comercial a la diferencia monetaria entre exportaciones e importaciones por parte de un país en un determinado período de tiempo. Puede tenerse un saldo negativo, cuando las importaciones superan número a las exportaciones, o un saldo positivo, cuando se da la situación contraria. En algunas ocasiones se suele dividir la balanza comercial en balanza de bienes y balanza de servicios. La balanza comercial es parte constitutiva de la denominada cuenta corriente, que incluye otras transacciones como ingresos por inversiones coma si también ayudas internacionales.
Dar cuenta correctamente de la balanza comercial puede ser engorroso en la medida en que existen problemas para tomar nota de todos los datos correspondientes. Para tomar conciencia de esta situación, basta con comparar todos los registros de todos los países durante un período determinado: las exportaciones exceden a las importaciones globales por alrededor de un uno por ciento, como si el mundo tuviese un balance comercial positivo consigo mismo; esta situación es desde ya un absurdo en la medida en que todas las operaciones de compra se deberían cancelar con las de venta. Una posible explicación de este fenómeno es la existencia de transacciones hechas con la finalidad de lavar dinero o evadir impuestos.
Los factores que pueden afectar la balanza comercial son: los costos de producción de la economía exportadora contra la importadora; el costo de disponer de materias primas y bienes intermedios; y finalmente restricciones al comercio o impuestos. Adicionalmente, la balanza comercial suele variar a lo largo del ciclo del negocio, como por ejemplo en expansiones económicas.
Tradicionalmente, los países desarrollados se abocan a la importación de materias primas, para luego exportar bienes manufacturados a los países subdesarrollados luego de haber hecho un importante proceso de agregado de valor. Esto trae aparejado que generalmente los países en vías de desarrollo exhiban déficits comerciales, y como contraparte, los países desarrollados exhiban superávits en la balanza comercial. No obstante estas consideraciones, cabe señalar que desde mediados de los años ochenta, naciones desarrolladas como Estados Unidos han visto aumentar su déficit en lo respectivo a bienes, especialmente con respecto a países asiáticos.
El tener un balance comercial positivo tiene como consecuencia automática el crecimiento del producto bruto interno; como contraparte, el tener un déficit en la balanza comercial se refleja automáticamente en un decaimiento del producto bruto interno. Es por ello qu las naciones deben considerar diligentemente esta variable a fines de evitar consecuencias económicas funestas.